En plena rebelión del Grupo Wagner, el patriarca ortodoxo de Moscú clamó que “sembrar la discordia dentro del país es el mayor crimen”
Justo antes de que Progozhin cesara su insurrección, pidió “mantener la unanimidad y superar rencores y ambiciones personales”
Durante algo menos de 24 horas, entre la noche del 23 de junio y la tarde del 24, Vladímir Putin vivió las horas más convulsas en sus más de veinte años en el poder en Rusia. Tras declararse en rebeldía Yevgeni Progozhin, jefe del Grupo Wagner, cuya columna de mercenarios sostiene en buena parte la guerra en Ucrania y otras campañas en el exterior, como en Siria, Libia, República Centroafricana o Malí, este inició una marcha hacia Moscú.