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Y el mejor amigo español de Putin es…

El partido que lidera Santiago Abascal, organizador de la cumbre de la extrema derecha en Madrid, ha recibido a través de Hazte Oír donaciones del magnate ruso Konstantin Malofeev, muy vinculado al Kremlin.

En estos dramáticos días en que Europa es nuevamente teatro de guerra, estamos asistiendo al intento desesperado por parte de las extremas derechas de borrar las huellas de sus buenas relaciones con el Kremlin. Desde Matteo Salvini hasta Marine Le Pen, pasando por Viktor Orbán y la alemana Alice Weidel, todos intentan disimular su sintonía con el autócrata ruso y niegan que hasta hace dos días miraban hacia Moscú en busca de apoyo y financiación. Es lógico: mostrarse filoputinianos mientras la artillería rusa bombardea Kiev y Járkov no queda bien. Y además no ayuda a crecer en las encuestas. Aunque con la boca pequeña, todos han acabado condenando la invasión de Ucrania y claman por el fin de las hostilidades. 

Si en 2014 Salvini se fotografiaba en la Plaza Roja de Moscú con una camiseta con la cara de Putin y en 2018 declaraba que en Rusia se sentía más en casa que en muchos países europeos, hace unos días el líder de la Liga se dejó ver delante de la embajada ucraniana de Roma depositando un ramo de flores y rezando por la paz. Ahora bien, las hemerotecas siguen existiendo y los medios italianos se han preocupado por recordarle a Salvini sus excelentes relaciones con Putin. No se olvida que, en 2017, la Liga firmó un acuerdo de cooperación con Rusia Unida y que, al año siguiente, unos emisarios de Salvini se encontraron con hombres cercanos al Kremlin en el hotel Metropol de Moscú para obtener unos cuantos millones de euros, hechos que aún están bajo investigación por parte de la Justicia italiana. 

¿Y qué pasa con Vox? También Santiago Abascal se ha sumado al coro de condenas de la agresión rusa. Eso sí, sigue sin perder ocasión para atacar a un Ejecutivo que desde hace más de dos años califica como “ilegítimo”. Según el líder ultraderechista y la caverna mediática madrileña, los aliados de Putin están en el Gobierno español. Es cierto que vivimos en la era de la posverdad y que los bulos son el pan de cada día, pero la afirmación es una memez extraordinaria. Más bien, el mejor y único amigo que Putin ha tenido en España en los últimos años es el propio líder de Vox. Y la cosa espeluznante es que en los medios de comunicación casi nadie parece recordar ahora las conexiones de Abascal y compañía con el autócrata ruso. 

Sintonía ideológica y amistades compartidas

Es verdad que, comparado con la Liga, el ex Frente Nacional francés, Alternativa para Alemania o el Partido de la Libertad austriaco, las relaciones de Vox con el Kremlin han sido menos estrechas. A diferencia de esos partidos, los de Abascal han sido desde el minuto uno marcadamente atlantistas y se han preocupado, sobre todo, por estrechar lazos con el mundo trumpiano, gracias a la intermediación de Rafael Bardají, bien conectado con los halcones republicanos desde los tiempos de George W. Bush. Ya a principios de 2019, de hecho, Iván Espinosa de los Monteros acudió a la importante Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington y se reunió con miembros de la administración Trump, mientras que Steve Bannon, el exestratega del magnate norteamericano, empezó a dejarse ver por aquellas fechas en España para asesorar al partido ultraderechista español. 

Esto, sin embargo, no significa que las relaciones entre Vox y Putin no hayan existido. Al contrario. Por un lado, Vox comparte la visión putiniana del mundo, basada en los conceptos de soberanía, identidad y tradición. Abascal se siente muy cómodo con los valores defendidos desde hace dos décadas por el líder ruso: desde el ultranacionalismo a la crítica al multilateralismo y a la Unión Europea, pasando por el antifeminismo y el odio al activismo hasta la defensa de la familia tradicional. Comparten, en síntesis, una misma Weltanschauung. Por otro lado, diferentes dirigentes de Vox han apoyado al líder ruso en las redes sociales. Juan Sergio Redondo y Carlos Verdejo, líderes de la formación en Ceuta, lo siguen alabando también estos días. Redondo ha llegado a afirmar incluso que “el enemigo no está en Rusia. Eso es lo que nos quieren hacer creer los poderes globalistas promotores de la agenda 2030”. Pero también Abascal en 2015 hizo un tuit –que recientemente ha intentado borrar– citando a Putin: “Os iremos a buscar al fin del mundo y, allí, os mataremos”, en referencia a los yihadistas. En 2019, además, estuvo a punto de reunirse con el mismo mandatario ruso, pero a última hora el encuentro se anuló. Según lo que el líder de Vox le contó a Sánchez Dragó, fue “por prudencia” y no por desavenencias o un súbito cambio de opinión. 

Abascal se ha codeado con el premier húngaro, Viktor Orbán, verdadero caballo de Troya de Putin en la UE, y con Marine Le Pen

Además, la conexión rusa es visible en las amistades internacionales de los de Abascal. El pasado 29 de enero, Vox organizó en Madrid una cumbre de la ultraderecha europea: Abascal se ha codeado con el premier húngaro, Viktor Orbán, verdadero caballo de Troya de Putin en la UE, y con Marine Le Pen, que recibió financiación del Kremlin. Solo gracias al primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, en el comunicado publicado al final de la cumbre se introdujo un párrafo de condena de las operaciones militares rusas en la frontera con Ucrania. Abascal guardó silencio sobre este añadido, también delante de los periodistas que le preguntaron al respecto. De hecho, solo cuatro días antes, el eurodiputado de Vox, Jorge Buxadé, votó en contra, junto a la mayoría de sus colegas ultraderechistas de los grupos de Identidad y Democracia y de los Conservadores y Reformistas Europeos, de un importante informe elaborado por una comisión del Parlamento europeo sobre las injerencias extranjeras en los procesos democráticos de la Unión Europea, en particular la desinformación. En el informe, de hecho, se ponen de manifiesto las relaciones existentes entre la extrema derecha europea y el Kremlin. ¿A alguien le resulta extraño que Buxadé votase en contra?

Dinero ruso

Sin embargo, hay más. Vox participa de forma activa en redes transnacionales ultraderechistas que trabajan incesantemente desde hace años para elaborar una agenda común y difundir los valores ultraconservadores. Algunas de estas redes tienen estrechos vínculos con Moscú. Es el caso de CitizenGO, el grupo trasnacional ultraconservador constituido por HazteOír en 2013 para dar el salto a escala global. HazteOír y CitizenGO organizan campañas por el derecho a la vida, la familia, la libertad religiosa y de educación, la unidad nacional y contra las que definen como leyes ideológicas. CitizenGO, en concreto, opera en más de diez idiomas en Europa, América, África y Oceanía. Se hicieron famosos por organizar autobuses contra las personas trans o el movimiento feminista, al que suelen referirse como “feminazi”. Entre 2009 y 2018, HazteOír y CitizenGO tuvieron unos ingresos de más de 32 millones de euros: se han convertido en el cuarto más importante financiador a nivel europeo de iniciativas anti-género y han abierto sedes en 15 países en diferentes continentes.

Arsuaga se jactó de que CitizenGO podría servir como un conducto de financiación encubierto para muchos partidos políticos de extrema derecha de cara a las elecciones europeas de 2019

El presidente de HazteOír es Ignacio Arsuaga, sobrino de Rodrigo Rato. Arsuaga tiene un pasado en el PP y en 2012 organizó en Madrid el Congreso Mundial de las Familias, otro poderoso lobby que aglutina a ambientes ultraortodoxos rusos y también ambientes católicos reaccionarios estadounidenses. HazteOír y Vox han estado unidas desde su gestación y provienen de las mismas organizaciones y círculos: a efectos prácticos, podríamos decir que Vox es el brazo político de HazteOír. Como se apunta en el informe del European Parliamentary Forum for Sexual and Reproductivity Rights titulado Tip of the Iceberg. Religious Extremist Funders against Human Rights for Sexuality and Reproductive Health in Europe 2009 – 2018, “Arsuaga se jactó de que CitizenGO podría servir como un conducto de financiación encubierto para muchos partidos políticos de extrema derecha de cara a las elecciones europeas de 2019”, como Vox, Fidesz, la Liga o Ley y Justicia. 

Arsuaga y Abascal son amigos desde hace tiempo. No es casualidad que la organización, que en su web se define como “víctima de la ideología de género”, concediera un premio en 2012 al futuro líder de Vox, o que Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio y otros diputados de la ultraderecha española sean miembros de la organización presidida por Arsuaga y hayan participado en sus manifestaciones. 

En el informe que analiza el origen del dinero que alimenta a los grupos antigénero europeos se calcula que, durante el periodo 2009-2018, estos recibieron 707,2 millones de dólares procedentes de un total de 54 organizaciones distribuidas entre ONG, fundaciones, organizaciones religiosas y partidos políticos. Se identifican principalmente tres orígenes geográficos para estas organizaciones: EE.UU., Rusia y Europa. 81,3 millones de dólares llegaron de EE.UU., ya sea desde ONGs, think tanks conservadores o grupos de conservadores cristianos y de extrema derecha; la Federación Rusa, aportó 188,2 millones de dólares a la causa homófoba y machista. Los principales responsables de esta aportación son dos oligarcas muy cercanos a Putin: Vladimir Yakunin y Konstatin Malofeev.  Por último, la financiación europea constituye la mayor parte de la hucha antigénero, con 437,7 millones de dólares. El informe identifica cerca de veinte fundaciones privadas involucradas en la movilización antigénero específica en Europa.   

Promotores de CitizenGo. Fuente: Tip of the Iceberg. Religious Extremist Funders against Human Rights for Sexuality and Reproductive Health in Europe 2009 – 2018

El oligarca de Dios

¿Dónde está, por tanto, la conexión rusa con Vox? Según la web de CitizenGO, en el consejo de administración de la organización se sientan Ignacio Arsuaga, Blanca Escobar, Luca Volontè, Brian Brown, Gualberto García, Alejandro Bermúdez, Carlos Polo y el ruso Alexey Komov. Este último no es un tipo cualquiera. Komov es el responsable de la división rusa del citado Congreso Mundial de las Familias, representante de relaciones exteriores de la Iglesia ortodoxa rusa, presidente del Centro de Análisis “Política Familiar en la Federación Rusa” y miembro del Comité Patriarcal de la Familia, la Maternidad y la Infancia. Komov es, en síntesis, el hombre clave de los proyectos internacionales del oligarca Konstantin Malofeev, un magnate muy vinculado al Kremlin, vetado por la UE en 2014 por su apoyo a los separatistas del Donbás y conocido como el Oligarca de Dios. No extraña, pues, que Komov sea también presidente honorario de la asociación Lombardía-Rusia, una organización promovida por hombres de la Liga de Salvini para estrechar los lazos con la Rusia putiniana y que se sospecha es la vía para hacer llegar a Italia dinero del Kremlin. Komov intervino presencialmente en el congreso de la Liga de 2013, cuando Salvini fue elegido secretario del partido.

Komov es, en síntesis, el hombre clave de los proyectos internacionales del oligarca Konstantin Malofeev, un magnate muy vinculado al Kremlin

Konstantin Malofeev es la figura clave de todo este entramado: el informe del European Parliamentary Forum for Sexual and Reproductivity Rights lo considera uno de los principales promotores de CitizenGO en 2013 junto a los multimillonarios españoles David Álvarez Díez (fundador del grupo Eulen, ya fallecido) y Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL y amigo de Juan Carlos I; Brian Brown, presidente del Congreso Mundial de las Familias y activista del lobby ultracatólico estadounidense Act Right, y el expolítico católico italiano y presidente de la Fundación Novae Terrae, Luca Volontè. 

Influencia de las campañas rusas antigénero en Europa. Fuente: Tip of the Iceberg. Religious Extremist Funders against Human Rights for Sexuality and Reproductive Health in Europe 2009 – 2018

Malofeev es el presidente de la Fundación San Basilio el Grande, a través de la cual organiza foros de la ultraderecha europea, y tiene un canal de televisión en Rusia, Tsargrad TV, que emitió, entre otras lindezas, el programa titulado “Buen viaje, sodomitas”, en el que se invitaba a los homosexuales a abandonar el país. También patrocina sitios web en español y otros idiomas, como Katheon.com y Geopolitica.ru, donde se difunden tesis ultraderechistas y propaganda rusa, además de bulos como el Pizzagate, la teoría de la conspiración según la cual los líderes del Partido Demócrata estadounidense habían montado una red de tráfico de personas y abuso sexual infantil en el sotano de una pizzería de Washington. 

Konstantin Malofeev es la figura clave de todo este entramado: se le considera uno de los principales promotores de CitizenGO en 2013, junto a David Álvarez Díez, Juan Miguel Villar Mir, Brian Brown y Luca Volontè

¿Nada más?, preguntarán algunos desconfiados. No, ahora viene el plato fuerte. Como demostró una investigación de OpenDemocracy, HazteOír ha financiado indirectamente las campañas de Vox. Algunos ejemplos son los mismos autobuses contra las personas trans y el feminismo, o el vídeo “Sánchez es el caos”, publicado en los primeros meses de la pandemia, con el que se lanzó una recogida de firmas para pedir la dimisión del Gobierno, calificado de “asesino”. Además, se conoció una carta que Arsuaga escribió a Malofeev en 2013 en la que le pedía 100.000 euros. 

Desglose del gasto ruso en políticas antigénero en Europa. Fuente: Tip of the Iceberg. Religious Extremist Funders against Human Rights for Sexuality and Reproductive Health in Europe 2009 – 2018

Por otra parte, la mayoría de los miembros del consejo de administración de CitizenGO han obtenido ese título por haber sido donantes de la organización de Arsuaga. El informe Tip of the Iceberg confirma que Brown y Volonté se comprometieron en 2013 en apoyar CitizenGO con 50.000 dólares y 12.000 euros al año, respectivamente. Si Komov, mano derecha de Malofeev, está sentado en el mismo consejo, es probable que el oligarca ruso haya donado y siga donando dinero a Arsuaga. ¿Si es así, dónde acabó ese dinero? ¿Llegó a Vox? Es muy difícil tener informaciones al respecto: no solo porque no se han hecho todos los esfuerzos necesarios para investigar más a fondo estas conexiones, sino también porque todas estas organizaciones funcionan como un juego de cajas chinas o matrioskas. Es extremadamente complicado controlar cómo se mueve el dinero porque pasa continuamente de una organización a otra en pequeñas cantidades.

De lo que no cabe duda es de que Arsuaga, individuo estrechamente vinculado a Vox, pidió dinero a un hombre muy cercano a Putin

De lo que no cabe duda es de que, como mínimo, Arsuaga, individuo estrechamente vinculado a Vox, pidió dinero a un hombre muy cercano a Putin. El fundador de HazteOír y Abascal deberían, por tanto, dar explicaciones al respecto y mostrar sus cuentas en un ejercicio de transparencia. Por otro lado, deberían bajar los decibelios en sus acusaciones de que los amigos de Putin se sientan en el Consejo de Ministros porque, por lo que sabemos hasta el momento, los únicos amigos de Putin en España son ellos.

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