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Wahabismo no es Islam

El Wahabismo fue establecido por Muhammad ibn ‘Abdel Wahab. Nació en Huraimila, en el Nayd, Arabia, en 1111 (1699) y murió en 1206 (1791). Viajó a Basora, Bagdad, Irán, India y Damasco, por intereses comerciales y viajeros. En esos viajes conoció los heréticos libros escritos por Ahmad ibn Taimiiah de Harrán (661-728 (1263-1328), el contenido de los cuales es incompatible con las creencias de la Gente de la Sunnah (Ahl us-Sunnah).
 

Como era muy astuto y charlatán, comenzó a ser conocido como "el Sheij del Nayd". Para aumentar su fama, acudió a las conferencias de los sabios hambalis en Medina y, posteriormente, en Damasco y, tras su regreso al Nayd, escribió muchos libros.

Su libro, Kitâb at-Tawhid, fue refutado por los sabios de Meca con muchas y preciosas respuestas, aportando contundente documentación que fue recopilada en una colección titulada Saif ul-Yabbar, en 1221 y posteriormente impresa en Pakistán. Fue reproducida por Isik Kitabevi en Estambul, en 1395 (1975). 

Kitâb at-Tawhid fue comentado por su nieto ‘Abd ur-Rahmán y, con sus comentarios interpolados, fue publicado en Egipto con el título Fatj al-Mayid, por un wahabi llamado Muhammad Hamid.

Las ideas de Muhammad ibn ‘Abdel Wahab engañaron a los aldeanos habitantes de Dar’iyya y al jefe de estos, Muhammad ibn Sa’ud. El número de aquellos que aceptaron sus ideas, que el denominó "Wahabismo", se incrementó, por lo que decidió auto denominarse "Juez" y nombrar "Emir" a Muhammad ibn Sa’ud, estableciendo como ley que solamente sus descendientes pudieran sucederles.

El padre de Muhammad ‘abd el Wahab, que era un buen musulmán sunnita y los ‘ulamá de Medina comprendieron, por las palabras de Muhammad, que pretendía iniciar un movimiento herético, y advirtieron a todo el mundo que no hablasen con él. A pesar de lo cual, proclamo el Wahabismo como un movimiento renovador, en 1150 (1737). Para justificar sus desviaciones, habló mal de los juicios (iytihad) de los ‘ulamá, llegando a considerar kufar a Ahl us-Sunnah, es decir, encubridores; los que, a sabiendas, ocultan la Verdad revelada. Dijo que aquel que visitase la tumba de un profeta o de un wali, y se dirigiese al él diciendo: "¡Ia Nabi ul-lah (¡Oh profeta de Dios), o, por ejemplo, "¡Ia ‘Abdel Qader!, devendría mushrik (politeísta).

Según el punto de vista wahabi, el que diga que alguien cercano a Dios no puede ser un politeísta, será un kafir. Por ejemplo, si alguien dijese: "Tal o cual medicina alivian el dolor" o "Dios acepto mi oración junto a la tumba de tal profeta o tal wali" devendría incrédulo.

Para probar su idea, aportó como documentos la aleya: "iiaka nasta’in" (Sólo de Ti esperamos ayuda) de la surat ul-Fátiha, y las aleyas que hablan de tawakkul (confianza en Dios). Aquellos que conocen el verdadero significado de "Tawhid" pueden entender que los Wahabis, que se consideran a sí mismos muwahhidun (unitarios), no son más que otro grupo de los que, bajo la máscara de tawhid, pretenden destruir a la gente del tawhid y reformar el mismo Islam

Al final de la segunda parte de su libro Al usul al-‘arba fi tardid al-Wahhabiiah, Hadrat Hakim as-Sirhindí al-Muyaddidí, escribe: "Los Wahabis y la gente que no siguen un madhab (una de las escuelas aceptadas), no pueden comprender el significado de "mayaz" (alegórico, simbólico) y de "isti’ara" (metáfora). Mayaz es el uso de una palabra, no en su sentido obvio y literal, sino más bien en un sentido alegórico o figurado, relacionado con su significado. Allah Ta’ala declara en muchas aleyas del Sagrado Corán que Él es el Real Hacedor de cada acto y que el hombre es sólo un hacedor mayazí.

En la aleya 57 de la sura al-An’am y en la sura de Iusuf, Él dice:

"El juicio (hukm) pertenece sólo a Allah"

Es decir, Allah Ta’ala es el único Juez (Hakím). Pero en la aleya 64 de la surat un-Nisá, Él dice:

"Ellos no serán considerados verdaderos creyentes mientras no le tomen (al Profeta) como juez de lo que disputan entre ellos.

La aleya precedente establece que Allah Ta’ala es el único juez verdadero y en la siguiente establece que un hombre puede ser juez.

Todo musulmán sabe que Allah Ta’ala es quien solamente da la vida y la quita, como dice en la aleya 56 de la sura Iusuf: "Él sólo es quien da y toma la vida" y en la aleya 42 de la sura az-Zumar dice: 

"Allah es el único que hace morir al hombre cuando llega el momento de su muerte",

Pero en la aleya 12 de la sura as-Sayda dice: 

"El ángel que está encargado de tomar la vida, toma tu vida."

Estos son ejemplo de un uso figurado (mayazí) de las palabras.

La aleya 80 de la sura ash-Shu’ará dice: 

"Cuando me enfermo, sólo Él me da la cura."

Y en la aleya 49 de la sura Ale Imrán pone en palabras de Hadrat ‘Isa ibnu Mariam (a.s.) las siguientes palabras: 

"Yo curo a aquel que es ciego y al leproso y yo hago a la muerte regresar a la vida con el permiso de Allah."

Él es el que da un hijo a un hombre, pero en la aleya 18 de la sura Mariam hace decir al ángel Gabriel (a.s.): 

"Yo soy un enviado de tu Señor para regalarte un hijo puro.

El verdadero protector del hombre es Allah Ta’ala. En la aleya 257 de la surat ul-Bacara, se establece claramente que: 

"Allah es el protector (wali de los que creen"

Y en la aleya 55 de la sura al-Máidah dice: 

"Vuestros protectores son Allah y Su mensajero" 

Y en la aleya 5 de la sura al-Ahzab dice: 

"El profeta es mejor protector de los creyentes que los 
          creyentes de sí mismos."

Él no explica que el sentido de wali aplicado a un hombre es mayazí. De la misma forma el verdadero auxiliador es Él, pero Él llama auxiliador (mu’in) a un hombre, de manera figurada, como hace en la aleya segunda de la sura al-Máidah: 

"Ayudaos (ta’áwanú) unos a otros a practicar la piedad (taqwa)".

Los Wahabis consideran politeísta (mushrik) a los musulmanes que llaman a alguien "siervo" de otro que no sea de Allah, por ejemplo, "Abd an-Nabí" o "Abd ar-Rasul", a pesar de que en la aleya 32 de la surat an.Nur dice: 

"Casad a vuestras mujeres solteras y a aquellos pios de vuestros esclavos (‘ibadikum)".

El genuino Señor (rabb) es Allah Ta’ala, pero algún otro puede ser llamado señor figuradamente, como hace Allah Ta’ala decir a Iusuf (a.s.) dirigiendose al copero, en la aleya 32 de la sura de su mismo nombre: 

"Recuerdame ante tu señor (rabbika)".

Al-Istihfah (pedir intercesión) es a lo que más se oponen los Wahabis. Ellos consideran politeísmo pedir protección a otro que no sea Allah. Por supuesto, como todos los musulmanes saben, istihfah es sólo para Allah, no obstante es lícito decir que alguien pide la intercesión de otro, ya que en la aleya 15 de la surat ul-Qasas se dice: 

"el de su clan le pidió ayuda(astagázahu) (a Moisés) contra su enemigo"

Y en un hadiz leemos que: "pidieron intercesión (istishfah) de Adán en el sitio de Mashar".

En un hadiz recogido en Al-Hisn al-Hasin se lee: "Aquel que necesite ayuda que diga: "¡Oh siervos de Allah, ayudadme!"

Pedir cura y ayuda de Rasulullah (s.) y a los awliiah no significa abandonar a Allah u olvidar que Él es el creador. Es como esperar que Allah envíe la lluvia por mediación de las nubes, envíe la cura por mediación de las medicinas o esperar la victoria de Allah usando cañones, bombas, helicópteros y aviones. Esos son causas. Allah Ta’ala lo ha creado todo mediante causas. Usar de estos medios no es hacer shirk (politeismo). Los profetas de Dios siempre se han servido de estos medios.

De la misma manera en que vamos a una fuente a beber el agua que Dios nos envía; a la panadería a por el pan que Allah ha creado y fabricamos armamento y entrenamos a nuestras tropas para que Allah nos de la victoria, enviamos nuestro corazón junto al alma de un profeta o un santo (wali), con la intención de que Allah acepte nuestra oración, gracias a la intercesión de ellos.

Usar la radio para escuchar los sonidos que Allah ha creado mediante ondas electromagnéticas, no significa abandonar a Allah por un cajón parlante, porque somos conscientes de que es Allah quien otorga su peculiaridad, su poder, al aparato de radio.

Un politeísta adora a los ídolos sin pensar en Allah. Un musulmán, cuando recurre a los medios y utiliza las causas para lograr unos efectos, no pierde de vista que es Allah Ta’ala quien otorga efectividad y peculiaridad a las cosas y a las criaturas. Cualquier cosa que desee la espera de Allah. Sabe que cualquier cosa que consiga procede de Allah.

Loa Wahabis utilizan cualquier medio que les conviene para alcanzar sus objetivos mundanos. Satisfacen sus deseos sensuales por cualquier medio, pero llaman politeísmo a procurarse los medios para ganar la otra vida. ¿Qué concepción del tawhid tan extraña es esa?

Debido a que las palabras de Muhammad ibn ‘Abdel Wahab favorecían la satisfacción de los deseos sensuales, captaron con facilidad a aquellos que no poseían conocimientos religiosos. Así, proclamaron que los sabios de Ahl us-Sunnah y los musulmanes que estaban en el camino recto, eran incrédulos.

Los emires de la familia Sa’ud fundaron el Wahabismo por deseo de incrementar su poder y extender sus territorios. Obligaron a los clanes árabes a convertirse en Wahabis y mataron a todos aquellos que no quisieron hacerlo. Los aldeanos, por miedo a la muerte, obedecieron al Emir de Dar’iyya, Muhammad ibn Sa’ud, transformándose en soldados que atacaron las propiedades, las vidas y la honra de los no-Wahabis.

El hermano de ‘Abdel Wahhab, Sheij Suleimán, fue uno de los sabios de Ahl us-Sunnah. Esta santa persona rebatió el Wahabismo y sus heréticos principios en su libro As sawa’iq al-ilahiyya fi r-raddi ‘alal wahawiiah, impreso por Nubbat al-Ahbar en Bagdad, el año1306 (1889) y reproducido por Isik Kitabevi, en Estambul, el año 1396 (1975). 

Los maestros de Muhammad ibn ‘Abdel Wahab, que se dieron cuenta de cómo éste había abierto un camino para el liderazgo diabólico, también refutaron sus desviados escritos. Todo ello incrementó el resentimiento y la hostilidad de los Wahabis contra los musulmanes.

Los heréticos principios del Wahabismo no se extendieron entre los musulmanes por la fuerza del razonamiento y la convicción sino mediante la crueldad y el derramamiento de sangre. El Emir de Dar’iyya, Muhammad ibn Sa’ud fue el más insensible ante toda la sangre derramada en ese camino. Ese hombre, antepasado de los actuales emires de Arabia llamada "Saudí" era del clan de los Banu Hanifa y uno de los descendientes de aquellos que creyeron en Musailamah al-Kaddab como profeta, tras la muerte de Mensajero de Dios.

Los Wahabis hablan como si creyeran sinceramente en la Unicidad de Allah y como si los musulmanes llevasen seiscientos años siendo politeístas y ellos estuviesen tratando de salvarles del kufr. Para demostrar que están en lo cierto, se apoyan en la aleya 5 de la sura al-Ahqaf (46): 

" y quién está más equivocado que aquellos que, en lugar de invocar a     Allah, invocan a quienes no van a escucharles hasta el Día de la Resurrección, indiferentes a sus invocaciones."

Y en la aleya 106 de la sura de Iunus(10):

"No invoques en lugar de Allah a quien no puede beneficiarte ni                perjudicarte. Si lo hicieras, entonces serías de los impíos."

Siendo así que todas las exégesis coránicas indican que estas dos aleyas , y sobre muchas otras semejantes, han sido enviadas contra los politeístas.

Los Wahabis, en su libro Kashf sah-Shubuhat, malinterpretan la tercera aleya de la sura az-Zumar, en la que se dice: 

"Los que han tomado amigos en lugar de Él dicen: Sólo lo hacemos 
para que nos acerquen a Allah."

Esta aleya cita las palabras de los politeístas que adoran ídolos. Los Wahabis identifican a los musulmanes que piden la intercesión de su profeta y de sus santos ante Allah, con los idólatras e, intencionadamente, dicen que también los idólatras creen que sus ídolos no tienen poder para crear y que sólo Allah es el Creador.

En la interpretación de esta aleya, el libro Ruh al-Baián dice: 

"Las criaturas humanas han sido creadas con la capacidad de reconocer al Creador, quien les ha creado a ellos y todo. Cada ser humano siente el deseo de adorar a su creador y de ser llevado a Su cercanía, aunque esta capacidad y deseo son anulados por el ego, el demonio y la capacidad de engaño de las malas compañías que hacen que ese deseo innato quede destruido, deviniendo la persona idólatra o incrédulo en el Creador y en el Último Día. Lo más valioso que tiene el hombre es el ma’arif (conocimiento gnóstico) que aporta seguridad en el tawhid (unidad y unicidad divinas). Su señales son la creencia en los profetas y en sus Libros" y su seguimiento, que es la manera de conseguir cercanía de Allah. Cuando Dios creó al hombre, conminó a Iblís a postrarse ante él, pero éste rehusó hacerlo, actuando con rebeldía y los filósofos devienen kufar (encubridores de la realidad, incrédulos) por que intentan aproximarse a Allah, no mediante el seguimiento de las enseñanzas proféticas, sino siguiendo únicamente a su propia razón. Los musulmanes para aproximarse a Allah se someten a las leyes de la shari’ah y con ello susu corazones se llenan de luz y el atributo divino de la hermosura (yamal) se manifiesta en sus espíritus; los politeístas introducen cambios en el mensaje divino, siguiendo las pasiones de su ego y, con ello, sus corazones y su espíritu se ocurecen. Allah al final de la aleya dice que ellos mienten cuando dicen que "adoramos a los ídolos por que ellos pueden interceder por nosotros".

Los Wahabis argumentan que Allah en la aleya 25 de la sura de Luqmán dice: 

"Si preguntas a los incrédulos ¿Quién ha creado los cielos y la tierra? Te dirán: "Ciertamente que ha sido Allah.

Y en la aleya 87 de la sura az-Zuhruf dice:

"Si preguntas a aquellos que adoran a otros distintos de Allah ¿Quién ha creado esto? Te dirán "Ciertamente, Allah lo ha creado"

Y por ello dicen: "También los idólatras saben que Allah es el único creador. Adoran ídolos que no podrán interceder por ellos en el Día del Juicio. Por ello devienen politeístas e incrédulos."Pero existen tafsires que hacen la exégesis de cada aleya coránica, en los que se evidencia que la utilización que los Wahabis hacen de las aleyas coránicas no es correcta. No se pueden usar contra los musulmanes aleyas que Allah dirige contra los politeístas, pues los musulmanes nunca hemos adorado a los profetas o a los auliiah de Allah, ni decimos que sean compañeros o socios de Allah. Sino que creemos que ellos son criaturas de Allah, seres humanos creados por Él y, por tanto, que no son dignos de adoración. Creemos que ellos son los seres más amados por Dios y que, por ese amor que Él les tiene, Allah puede tener compasión de nosotros, el resto de las criaturas. De Allah son el beneficio y el perjuicio. Sólo Él es digno de adoración. Los polireístas piensan que sus ídolos no son creados y por tanto son dignos de ser adorados y, por eso precisamente, los adoran. Eso es lo que les hace ser politeístas. No lo serían si dijesen que utilizan a esos ídolos para pedirles que intercedan por ellos ante Allah. Eso sería superstición, una falsa creencia. Esa creencia se aleja de las creencias islámicas, pero no se denomina politeísmo.

Como se ve, la opinión que los Wahabis tienen de la gente de la Sunnah, como incrédulos idólatras, es totalmente equivocada. El libro Kashf ash-Shubuhat interpreta equivocadamente aleyas dirigidas a los idólatras, incrédulos y politeístas, recurre a los sofismas y concluye que Ahl us-Sunnah son politeístas, por lo que recomienda que se les mate y confisquen sus propiedades.

Hadraat ‘Abdullah ibn ‘Umar transmite un hadiz en el que el Mensajero de Dios(s.) dice:

"Han perdido el camino recto. Han aplicado a los musulmanes las aleyas que descendieron para los incrédulos."

Y otro en el que dice: 

"Lo que más temo para mi nación (ummah) es que interpreten el Corán conforme a sus propias opiniones y lleguen a conclusiones fuera de lugar."
 

Otro de los que se dio cuenta del carácter herético de las ideas de Muhammad ibn ‘abd el-Wahhab y de lo dañinas que podrían llegar aser, fue Muhammad ibn Suleimán al Madaní, fallecido en Medina en 1194 (1779) uno de los grandes sabios de Medina. Era un faqih de la escuela shafi’í y escribió muchos libros, siendo muy famosos sus comentarios al libro de Hayyar al-Makkí, At-Tuhfa al-Muhtaj. En Al-Fatáwa, su obra en dos tomos refutando al Wahabismo, dice:

"¡Oh Muhammad ibn ‘Abdel Wahhab, .no calumnies a los musulmanes, por amor de Dios! Te lo advierto. Si alguien dice que algún otro que Allah es el Creador, llámale descreído, Pero aquellos que se adhieren a las causas (wasilah) y que creen que ambas, las causas y sus efectos, son creadas por Allah, no pueden ser llamados descreídos. Tu eres musulmán también. Es mejor llamar a un musulmán descreído que llamárselo a todos los musulmanes. Aquel que abandona la comunidad puede perderse con más facilidad. La aleya 114 de la surat un-Nisá confirma mis palabras:

"A quien se oponga al Mensajero (Muhammad) después de habérsele manifestado claramente la dirección, y siga un camino diferente al de los creyentes, Le abandonamos en la medida en que él se desvía y le arrojaremos al fuego del Yahannam".

El pensamiento wahabi posee numeroso dogmas erróneos. Sus creencias están basadas en tres principios: 

1º Creen que los actos de adoración (‘ibadat) están incluidos en los principios doctrinales y que, aquellos que no practiquen su fe, por ejemplo, la oración ritual, o el impuesto obligatorio, sabiendo que son actos obligatorios, deviene descreído (kafir) y debe ser matado y sus posesiones distribuidas entre los Wahabis.

Ash-Shahistaní escribió en su famosa obra Al-Milal wan-Nihal:

"Los sabios sunnis tienen dicho unánimemente que los actos de adoración no forman parte de los principios doctrinales. El que no practique los ritos obligatorios por pereza, aun sabiendo que son obligatorios, no deviene descreído por ello. Aunque, en el caso de aquellos que no practican la oración obligatoria, no existe unanimidad. La escuela Hambali considera que aquel que no realiza la oración obligatoria por pereza, deviene descreído." (versión turca, p. 63, El Cairo, 1070 a.H.)

La escuela Hambali considera descreído al musulmán que no realiza su oración obligatoria por pereza, pero no hace extensible esa valoración para el resto de los actos de adoración incumplidos. Por tanto, sería erróneo equiparar a los Wahabis con los Hambalis en este asunto. Aquellos que no pertenecen a ninguna de las cuatro escuelas no son gente de la Sunnah y, anteriormente, también hemos explicado cómo aquellos que no pertenecen a la gente de la Sunnah no pueden ser tampoco Hambalis.

2º Los Wahabis dicen que aquel que busca la intercesión (shafa’) ante los profetas o los amigos de Dios (awliah) o visita sus tumbas y reza junto a ellas, considerándolos intermediarios ante Dios y que el hecho de que estén muertos no tiene importancia, deviene un descreído.

Si el hecho de hablar a una persona muerta junto a su tumba fuese señal de ser un descreido, nuestro Profeta (s.) y los grandes ‘ulama y los amigos de Allah (awliah) nunca lo habrían hecho. En cambio, era costumbre de nuestro Profeta (s.) visitar el cementerio de Baqui en Medina y también a los mártires de Uhud. De hecho, en el libro de los Wahabis titulado Fath ul-Mayid, en la pág. 485, se reconoce que el Mensajero (s.) los saludaba y hablaba con ellos.

Nuestro Profeta (s.) siempre decía en sus oraciones: "Allah humma. Inni as’aluka bi haqqi sa’alima alaika." (¡Oh Dios mío, te ruego por el derecho que tienen ante Ti aquellas personas a las que Tú has otorgado siempre lo que Te han pedido) y recomendó a los musulmanes suplicar a Allah de esa misma manera.

Cuando el Mensajero (s.) enterró a Fátima la madre de ‘Ali Emir al-Muminín (a.s.) con sus propias benditas manos, dijo:

"Allahuma igfir li ummi Fátimata binta Asad wa wasi’ ‘alaiha ma halaha bi haqqi nabiika wa anbia il ladína min qablí. Innaka arhamur rahimín".

(¡Oh Dios mio, perdona a mi madre (pues vivió muchos años con ella y la consideraba como su madre y decía que siempre cuido de él mejor que de sus propios hijos) Fátima hija de Asad y haz amplia su última morada. Acepta de mí esta oración por el derecho que tiene ante Ti tu Profeta y los profetas anteriores. Ciertamente, Tú eres el Más Misericordioso de los Misericordiosos.)

Segunda parte

En un hadiz transmitido por An-Nasai y por At-Tirmidi se recoge que el Profeta (s.) ordenó a un hombre ciego que le había pedido que rezase por su curación, que hiciese la ablución y una oración de dos raka’ y , tras ella, que dijese: 

"Allah humma, inni as’aluka wa atawahhahu ‘alaaika bi nabiika Muhammadi, nabi ir-rahma. Ia Muhammadu inni atawahhahu bika ila rabbi fi hayati hadihi li takdiya li. Allah humma fa shafi’hu fi ia".

En la que el Mensajero (s.) le encomienda ponerle a él como intercesor para que, así, su oración sea aceptada. Los compañeros solían usar esta súplica que también se recoge en el libro Al-Hisn al-Hasin con su cadena de transmisión y en su comentario se dice que el sentido de la súplica es: ¡Oh Dios mío yo me dirijo a Ti y Te pido a través de Tu mensajero Muhammad, el Mensajero de la Misericordia…

Estas súplicas muestran que es permisible poner como intermediarios a aquellos que Dios ama, y rezar a Dios diciendo: "¡Oh Dios mío, por el amor que Tu les tienes concédeme lo que Te pido!"

Sheij ‘Alî Mahfud (m. 1361(1942)) uno de los grandes sabios de la Universidad Al-Azhar, ponderó mucho a Ibn Taimiiah y a ‘Abdu en su libro Al-Ibda’, no obstante escribió:

"No es correcto decir que los awliia’ dirigen los asuntos mundanos tras su muerte, curando enfermedades, rescatando a quienes están a punto de ahogarse, ayudando a los que están frente al enemigo y encontrando las cosas perdidas. Es erróneo decir que, dado que los awliia’ tienen una gran posición espiritual, Allah les ha permitido realizar esas tareas, y de esa manera, ellos pueden hacer lo que deseen y que quien se refugia en ellos no está equivocado. Pero lo que sí es cierto es que, entre sus awliia’, Allah bendice a quienes Él quiere y por su generosidad (karamat) Él cura a los enfermos, rescata a los que están a punto de ahogarse, ayuda a quienes están frente al enemigo y hace que se encuentre las cosas perdidas. Es lógico y también el Corán nos lo enseña." Sheij ‘Alî Mahfud, Al-Ibda’, pág. 213, El Cairo 1956.

‘Abdullah ad-Dasuqi y Iusuf ad-Dajwi, profesores de la Universidad de Al-Azhar, escriben comentarios elogiosos sobre el libro, al final del mismo.

Hadrat ‘Abdel Gani an-Nabulusí escribió: "un hadiz qudsi que Al-Bujarí recogió de Abu Hurairah, dice que dijo el Profeta (s.): Dios Altísimo declaró: "mis siervos humanos no pueden acercarse a Mí con nada mejor que realizando sus deberes obligatorios (fard). Cuando se esfuerzan en la realización de actos de adoración suplementarios, eso me agrada tanto que Yo soy el que oye por sus oídos, ve por sus ojos, toma por medio de sus manos y camina por sus pies y les daré lo que me pidan. Si ellos confían en Mí, Yo les protegeré."

Los actos de adoración suplementarios aquí mencionados son, tal y como está recogido en Maraq al-Falah y en las anotaciones de At-Tantawi, la sunnah y los actos suplementarios de aquellos que hacen lo obligatorio. Este hadiz, pues, establece que: "Quien tras realizar los actos obligatorios, se esfuerza en actos de adoración suplementarios (nawáfil) obtendrá el amor de Dios y sus ruegos serán aceptados." ‘Abdel Gani an-Nabulusí, Al-Haqiqat an-Nadiyya, pág. 182, Estambul, 1290.

Estén vivos o muertos, cuando estas personas ruegan por otros a su Señor, éstos consiguen lo que desean. Ellos oyen aunque estén muertos. Igual que no lo hicieron cuando estaban vivos, no se pliegan ante los deseos de los que llegan a ellos con las manos vacías, pero ruegan por ellos. Por esa razón, un hadiz declara que: 

"Cuando estés en un problema, pide ayuda a aquellos que moran en las tumbas."

De hecho, un musulmán continúa siendo un musulmán cuando esta muerto i gual que lo era cuando estaba vivo. Los profetas continúan siendo profetas tras u fallecimiento igual que lo fueron mientras estaban vivos, pues es el alma de un hombre la que es musulmana y cuando el hombre muere su alma no cambia. Este hecho esta recogido en el libro ‘Umdat al-‘aqâ’id del Imam ‘Abdullah as-Nasafí, Londres, 1259 (1843) Así mismo, los awliia’ continúan siendo awliia’ después de muertos igual que cuando estaban vivos. Aquel que no lo cree es un ignorante.

Hemos probado en otra obra nuestra que los awliia’ poseen karamat tras su muerte igual que las poseyeron en vida. (Al-Hadiqa, pág. 230).

El maestro hanafi Ahmad ibn Sayyid Muhammad al-Makki al-Hamawi y los maestros safi’i, Ahmad ibn Ahmad as-Suya’i y Muhammad ash-Shawbari al-Misri, escribieron libros en los que prueban que los awliia’ poseían karamat (poderes milagrosos), que su karamat continuaba después de sus fallecimiento y que tawassul (pedirles su intercesión ante Allah) e istigáza (suplica) ante sus tumbas, era permisible.

Estas tres obras fueron publicadas juntamente con Ad-durar as-sauniiah fir-raddi ‘alal wahabiiah de Hadrat Ahmad Zaimi Dahlan, en el Cairo, el año 1319 (1901) y en 1347 (1928). Reproducción fotográfica de Isik Kitabevi, Estambul, en 13396 (1976).

En un hadiz verdadero, que los maestros del hadiz Hudhaima, Ad-Dara Qutni y at-Tabaraní recogieron, ‘Abdullah ibn ‘Umar declara que escuchó decir al Profeta: Interceder por aquellos que visiten mi tumba será obligatorio para mí.

Imam Al-Manawi recoge también este hadiz en su libro Kumuz ad-Daqa’iq, añadiendo que el Mensajero de Allah (s.) dijo también: Tras mi muerte, visitar mi tumba será como visitarme cuando estaba vivo.

Los hadices: 

Se ha vuelto lícito (halal) para mí interceder por aquellos que visiten mi tumba

(recogido por Imam al-Bazzar y transmitido por ‘Abdullah ibn ‘Umar )

Y:

En el Día del Juicio, yo intercederé por aquellos que vinieron a Medina a visitar mi tumba.

(recogido en el Sahih de Muslim y transmitido también por ‘Abdullah ibn ‘Umar )

Son hadices marfu’ y conocidos por la mayoría de los musulmanes.

At-Tabarani, ad-Dara Qutmi y ‘Abd ar-Rahman ibn al-Fawzi recogen el hadiz en el que se transmite que dijo el Profeta (s.):

Aquel que realice el Hayy y después visite mi tumba, será como si me hubiese visitado cuando estaba vivo.

Y ad-Dara Qutmi recoge este otro, alusivo a quienes, cuando hacen el Hayy, no visitan la tumba del Mensajero de Dios (s.) sin tener una excusa válida:

Aquel que realice el Hayy y no visite mi tumba, me habrá herido.

‘Abd al-‘Azir, rector de la Universidad islámica de Medina, escribió en su Tahqiq wa Isah: "Ninguno de los hadices arriba mencionados recomendando la visita al santuario del Profeta, tienen cadena de transmisión (isnad) o documentación alguna. El Sheij al-Islam Ibn Taimiiah dice que todos ellos son "mawdu".

Los rechaza como hacen todos los Wahabis, a pesar de que la cadena de transmisión de todos ellos esta recogida en el octavo volumen de los comentarios a Al-Mawahib de Az-Zarkami y al final del cuarto volumen de Wafa al-Wafa de As-Samhudi. En estos libros se recoge que estos hadices son correctos (hasan) y que los comentarios de Ibn Taimiiah carecen de fundamento. 

El rector e instructor de la Universidad de Medina trata de ese modo de calumniar los escritos de los sabios (‘ulama’) de Ahl us-Sunnah y de extender los dogmas Wahabis por todo el mundo, con sus libros.

Los Wahabis, para hacer creer a los musulmanes y a los no musulmanes que ellos son los verdaderos musulmanes, siguen una nueva política: han fundado un centro islámico llamado Rabitat al-Alamía al-Islamía en Meca, reuniendo a los ignorantes y contratando hombres con estudios religiosos, escogiéndolos en cada país y pagándoles grandes sueldos. Gracias a la ignorancia de estos hombres sobre los libros de los maaestros de Ahl us-Sunnah, pueden utilizarlos como instrumentos de sus planes. Desde este centro ellos defienden en todo el mundo las tesis heréticas del Wahabismo, a las que califican de "fatwas de la unidad islámica mundial".

Existen muchos hadices relatando como Rasul ul-lah estaba vivo en su tumba en una clase de vida desconocida. Hay numerosas pruebas de que son hadices correctos. De ellos, los dos siguientes están recogidos en seis famosos libros de hadices:

"Yo oiré el salawat (Allah humma sal.li ’ala Muhammadin wa Ali Muhammad- Oh Allah, bendice a Muhammad y a la familia de Muhammad) recitado en la distancia"

"Si una persona recita salawat en mi tumba, Allah envía a un ángel que me informa de ello y yo intercederé por él el Día del Juicio."

Si un musulmán acude a la tumba de otro musulmán al que conocía cuando estaba vivo y le saluda, el musulmán fallecido le reconocerá y contestará a su saludo.

Un hadiz transmitido por Ibn Abid Dunya así lo recoge y añade: "y el muerto se siente feliz"

Si una persona saluda a los muertos que no conoce, estos le estarán agradecidos y le responderán a sus saludos. ¿Cómo es posible que, mientras los musulmanes y los mártires reconocen a quienes les saludan y les responden, Rasulullah (s.) no pueda hacerlo? Así como el sol en el firmamento ilumina el mundo entero, Rasulullah (s.) responde al mismo tiempo a todos los que le saludan. En un hadiz se recoge que dijo el mensajero: "Tras mi muerte, oiré como oigo cuando estoy vivo". Otro hadiz transmitido por Abu Ya’la dice: "Los profetas están vivos en sus tumbas y rezan la oración obligatoria."

Ibrahim ibn Bishar y Saied Ahmad ar-Rifa’i, y muchos awliiah dijeron que ellos habían escuchado la respuesta de Rasulullah (s.) cuando habían ido a su tumba y le habían saludado.

El gran maestro islámico Jahl ad-Din as-Suyut escribió el libro Sharaf al-muhkam en respuesta a una pregunta de si era cierto que Sayyid Ahmad ar-Rifa’i había besado la santa mano de Rasulullah. En este libro, él prueba mediante evidencias tradicionales que Rasulullah estaba vivo en su santuario y que el oía y rspondía alos saludos. Y cuenta como en la noche del Mi’ray (viaje del Profeta a los cielos en cuerpo y alma) Rasulullah vio a Hadrat Moises rezando junto a su tumba.

Un hadiz relatado por Aisha relata que dijo el Mensajero de Dios (s.): "Sufro las consecuencias de la comida envenenada qie ingerí en Jaibar. Por culpa de ese veneno mi aorta casi no funciona." Este hadiz demuestra que, además de la profecía, Allah a otorgado a Hadra Muhammad (s.), el mejor de los seres creados, el maqam del martirio.

Allah dice en la surah Ale Imran, aleya 169: Y no consideréis que aquellos que fueron matados en el camino de Dios están muertos, sino que están vivos juntos y mantenidos junto a su Señor.

Sin duda, este gran profeta, que fue envenenado en la senda de Dios, se encuentra en lo alto de esta honorable posición que esta a

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