EN 1939, el mundo estaba perfectamente compartimentado. O, al menos, así lo veía León Felipe, poeta exiliado en México. En su poema Cancioneta coloca, irónicamente, a cada uno en su sitio: «El burgués tiene la mesa, / la iglesia tiene la misa, /el proletario la masa /y el fascismo la camisa. / ¡Qué divertido es el mundo! / ¡Ay qué risa, ay qué risa! / Dando vueltas, dando vueltas / tan de prisa, / con la mesa, / con la misa, con la masa / y la camisa». Hoy, en Granada, las cosas no son tan claras. Salvo que entonces llegaba el tren a la ciudad y ahora no, hay cosas que parecen seguir igual que en 1936. Poco han cambiado los comportamientos sociales. Las mismas fiestas, la misma religión, los mismos hábitos de asociación y agrupamiento. La Virgen de las Angustias, las procesiones, las cofradías, el día de la Toma, el del Corpus; la juncia y el romero… ¡Y han pasado 80 años!
La DANA deja al desnudo a la Monarquía y a la Iglesia · por Eugenio Piñero Almendros
Los obispos de la Iglesia Católica organizaron una eucaristía en Madrid que fue, en palabras de la Conferencia…