Vecinos reclaman instalaciones de uso social público, como centros de salud o polideportivos en los terrenos de una parroquia de Carabanchel.
La parcela era municipal y fue permutada a la Iglesia. La concejala del Distrito también pidió hace un año que se destinara a uso público.
Ahora la parroquia, controlada por el Camino Neocatecumenal, está construyendo allí un aparcamiento privado y una valla.
También tenían un plan para ampliar la iglesia con una capilla, salones y un cementerio, pero de momento ese proyecto está descartado.
Un centenar de vecinos del barrio carabanchelero de Opañel están en pie de guerra con el Ayuntamiento y la organización católica ultraconservadora Camino Neocatecumenal, cuyos miembros se conocen como ‘kikos’, por las obras de ampliación de una parroquia en una parcela de terreno que ellos reclaman para un uso social y público, como un centro de salud o un polideportivo.
Este barrrio no necesita obras privadas ostentosas, lo que necesita son instalaciones de utilidad socialEn balcones y ventanas de los edificios que dan a la iglesia proliferan los carteles de protesta contra las obras, y en el propio templo hay pintadas en contra del ‘Camino’, que los feligreses atribuyen a “radicales”.
“Este barrrio no necesita obras privadas ostentosas, lo que necesita este barrio humilde son instalaciones de utilidad social”, dice una vecina en las adyacencias de la parroquia.
El terreno en discordia está junto a la parroquia Santa Catalina Labouré, en una parcela que la Junta Municipal de Carabanchel solicitó al Ayuntamiento que la destine para uso social público en junio de 2014.
Esa petición se ha sumado a las más de 6.300 firmas de vecinos y una constante movilización popular en ese sentido. Pero el Ayuntamiento ha desoído estas reclamaciones: de momento no se prevén hacer instalaciones de uso público allí.
“La Junta Municipal de Distrito (JMD) se sienta con nosotros a escucharnos, pero ellos no ponen las licencias, sino Urbanismo, que no se quiere reunir con los vecinos”, dice Pepa Miñarro, de la Plataforma de Opañel.
El terreno perteneciente a la Iglesia tiene 3.865 metros cuadrados; es en una mitad donde se realizan obras (en la otra mitad están la parroquia y sus dependencias). Fue destinado en 1988 a “equipamiento alternativo” y permutado en 1992 al Arzobispado de Madrid.
Desde la Plataforma de Opañel y desde la Asociación Vecinal Parque de Comillas dicen que, a pesar de haberlo solicitado durante años, no han podido saber qué ha dado el Arzobispado de Madrid en la permuta del terreno.
Consultados por este diario, el Área de Urbanismo y el Arzobispado de Madrid tampoco brindaron esa información.
Lo que sí confirmó Urbanismo es que la Iglesia está construyendo un aparcamiento y una valla perimetral, paso previo a la autorización de nuevas instalaciones.
Meses antes, la presión vecinal consiguió que se paralizara la construcción de una cripta mortuoria con más de 200 nichos.
¿Habrá más obras?
Hay un cartel sin membrete oficial: “Ejecución de plazas de aparcamiento en superficie y vallado”No ha sido posible hablar con un representante de la parroquia para que confirme si después del estacionamiento tienen previsto hacer más obras.
Sin embargo, una plataforma católica llamada Contra el acoso a Santa Catalina Labouré señala que, tras la construcción del aparcamiento, se planean un jardín, una capilla, salas variadas y almacenes.
Actualmente, el terreno en el cual se llevan a cabo las obras está rodeado por un vallado, y en el lugar se exhibe un cartel, sin membrete oficial, que reza “Ejecución de plazas de aparcamiento en superficie y vallado de la parcela por orden del Excelentísmo Ayuntamiento de Madrid”.
Un enfrentamiento que viene de lejos
El enfrentamiento entre vecinos y el Camino Neocatecumenal, el movimiento católico laico cuyos integrantes se conocen popularmente como los ‘kikos’ (por su líder, ‘Kiko’ Argüello) se remonta a los comienzos del siglo XXI, después de que este movimiento eclesial aparcara su propuesta de construir en la parcela un polideportivo, para lo cual llegaron a lanzar una campaña barrial de recaudación de fondos.
Incluso anunciaron que el futuro polideportivo se llamaría “Miguel Induráin“, ya que el por entonces párroco, José María Garciandía, admiraba a este deportista: llegó a escribir una carta abierta al ciclista pidiéndole que aportara los fondos para la construcción del recinto.
En un terreno adyacente, vecinos han escenificado la parodia de un cementerio, con cruces y coronas con carteles informativos, así como críticas a la actuación del ‘Camino’ y del Ayuntamiento.
“El Ayuntamiento se lava las manos y favorece al Camino Neocatecumenal en detrimento de un barrio necesitado de equipamientos públicos, dice Miñarro.
Los vecinos que se oponen a la utilización privada del terreno se manifiestan todos los domingos a las 12.00 horas para protestar contra lo que consideran un trato de favor.