Con los niños/as se juega lo que no puede existir es el abuso.
El papa Francisco, en declaraciones difundidas hoy afirmó que: "Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que (han hecho) algunos sacerdotes, bastantes en número, no en comparación con la totalidad; y hacerme cargo de pedir perdón del daño que han hecho por los abusos sexuales de los niños",
"La Iglesia es consciente de este daño; es un daño personal y moral de ellos", y que: "No vamos a dar un paso atrás en lo que se refiere al tratamiento de estos problemas y a las sanciones que se deben poner, al contrario" y "Creo que debemos ser muy fuertes. Con los chicos no se juega"
Siguiendo la línea de "tolerancia cero" con los casos de abuso sexual dentro de la Iglesia, Francisco creó la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores en marzo de este año una comisión especial para la protección de los menores víctimas y para la lucha contra los curas pedófilos que se encargará de trabajar con las conferencias episcopales de todo el mundo. Entre los integrantes de esta comisión figura Marie Collins, una víctima irlandesa que fue abusada por un sacerdote cuando era niña y un sacerdote argentino, el jesuita mendocino Humberto Miguel Yáñez Molina.
César Cigliutti, Presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) dijo que “Con los niños y con las niñas se debe jugar porque eso les hace muy bien lo que no puede existir es el abuso. La tolerancia cero al abuso de niñas y niños, al menos en Argentina, no ha llegado y no se aplica. Muy por lo contrario seguimos denunciando la complicidad y el ocultamiento sistemáticos de los obispos frente a los abusos de sus sacerdotes y monjas. Además del elemental pedido de perdón, de intentar reparar el daño realizado en las miles de niñas y niños, debería finalizar la práctica de la iglesia de silenciar y tapar las denuncias, de interferir en la justicia, de poner en duda y relativizar las denuncias y testimonios de los niños/as abusados. Esto es lo que sucedió en nuestro país, el 24 de septiembre del 2013, con Francisco I como Papa, y frente a la detención del sacerdote Julio César Grassi, el Obispo de Morón, planteó públicamente sus “dudas” frente a los abusos confirmados por la Justicia, el 18/11/2013 el obispo Ricardo Faifer de la Ciudad Correntina de Goya, confirmó públicamente que pagó la fianza y dejó en libertad al sacerdote Domingo Pacheco que estaba preso desde el año 2011 acusado de abusar de un menor, Osvaldo Ramírez, que lo denunció por haber abusado de él hace 8 años.”
Pedro Paradiso Sottile, Secretario de la CHA dijo que “Hay que terminar con el encubrimiento y el silencio de la Iglesia, con los traslados cómplices, con la falta de denuncias y de las acciones que históricamente han llevado a la impunidad de estos/as abusadores/as. No es suficiente pedir disculpas o perdón, se necesita una clara colaboración y transparencia para que los curas abusadores no sigan teniendo el apoyo y la cobertura de las autoridades de la Iglesia Católica. Se necesita una autocrítica real, y no sólo gestos, ya que Bergoglio, como máxima autoridad de la Iglesia Católica en Argentina, fue quien decidió proteger al procesado y condenado cura Grassi, permitiéndole incluso que siga dando misa, como ocurrió con varios sacerdotes, que en maniobras de ocultamiento de las acusaciones fueron trasladados a otras parroquias”.