Participantes en la pasada olimpiada de Religión celebrada el curso pasado en Madrid. /
La Diócesis de Valladolid es muy libre para organizar esa competición, simpre que no afecte a la actividad ordinaria de los centros escolares, pero lo que no se entiende es el papel colaborador de la Universidad.
Atención, pregunta:«¿Cuál fue el primer milagro que hizo Jesús? a) Convertir pescado en chocolate; b) parar una tempestad; c) convertir agua en vino; d) hacer llover». Esta –y otras parecidas– es una de las sesenta cuestiones a las que tendrán que hacer frente los alumnos que se inscriban este curso en la Olimpiada de Religión que por primera vez se celebrará en Valladolid, en una competición que ya se celebra en otras provincias y que llega aquí auspiciada por la Delegación de Enseñanza de la Diócesis, con el visto bueno de la Universidad.
El objetivo, explican los promotores de ReliCat Games (como se llama el torneo académico), es «poner en valor la asignatura y la importancia que esta materia tiene para los jóvenes y sus familias». Yolanda Sánchez, profesora de Religión en el colegio Caño Dorado de Zaratán añade que de este modo «se pone de manifiesto que esta es una asignatura que, en los centros educativos, se trabaja como las demás». «La intención final es pasarlo bien, disfrutar y, por qué no, aprender algo. Pero sobre todo es para recordar que aunque en algunos colegios, por diversas circunstancias, puedan ser pocos alumnos de Religión Católica, en realidad en la provincia somos muchos (el 73,17% en el conjunto de las diócesis, incluida la Escuela de Magisterio Fray Luis de León)», explica Sánchez.
La estructura será muy similar a las olimpiadas que ya se celebran sobre otras asignaturas, como Filosofía, Física o Matemáticas. Cada uno de los centros que quieran participar tendrán que realizar una selección previa para constituir el equipo que participará en la competición (con entre tres y seis participantes que serán inscritos por el profesor de Religión).
Estos estudiantes –divididos en categorías en función de su edad– tendrán que responder, de forma individual, a unos cuestionarios tipo test entre los que se incluyen preguntas como la recogida ahí arriba (la respuesta correcta era la c). Los cinco centros educativos que obtengan la mejor calificación media entre todos sus estudiantes pasarán a la competición por equipos.
Esta última fase, que se celebrará en el seminario menor, incluye varias pruebas a las que se enfrentarán tres integrantes del grupo cada vez (aunque el equipo lo pueden formar hasta seis personas). Las actividades de esta última fase valorarán la rapidez en la respuesta (hay que escribirla en una pizarra antes que los contrincantes), la definición de conceptos sin usar determinadas palabras o mediante la mímica y la búsqueda de citas en la Biblia.
Esta competición es una idea que nace en el seno de la asociación de eventos y actividades para la asignatura de Religión, una entidad sin ánimo de lucro constituida por un grupo de profesionales universitarios de diferentes carismas católicos. En Madrid ya se han celebrado cinco ediciones y en Málaga llevan tres. Valladolid se suma este curso como la primera diócesis de Castilla y León, con once profesores coordinadores que ya han informado a otros docentes de la región para llevar la olimpiada a otras provincias.