La transexual, que se volvió mujer hace 30 años, es católica y desea casarse por la iglesia porque quiere seguir su camino de fe junto a su marido. Después de nacer "en un cuerpo equivocado" y tras 30 años de sufrimientos, violencias, discriminaciones y detención por camuflamiento, decidió convertirse en mujer a todos los efectos.
Por lo civil, por ahora
Según informó Televisa, en 1983 se casó por lo civil con Fortunato Talotta y ahora, después de haber conocido a Don Alessandro Santoro, un joven sacerdote que muchas veces ha tomado decisiones diferentes a las de la curia, ha decidido casarse por la Iglesia.
Un derecho y un deber
Hace algunos días, el sacerdote Alessandro Santoro envió al cardenal Antonelli (arzobispo de Florencia) el aviso de los trámites prematrimoniales de Sandra y Fortunato en vista del matrimonio que se celebrará en primavera. Para Santoro, el matrimonio, para quien es un verdadero cristiano, es un derecho irrenunciable y un deber el celebrarlo.
Complicaciones
Hay, sin embargo, varias complicaciones en el horizonte, empezando con el certificado de bautizo y de confirmación de Sandra, que son anteriores al cambio de sexo.
"Sospecha de invalidez"
Al criticar la decisión del padre Santoro, monseñor Andrea Drigani, profesor y experto de Derecho Canónico, explicó que el matrimonio celebrado con rito religioso entre un hombre que se ha vuelto mujer a través de cirugía y otro hombre lleva la "sospecha de invalidez", esto porque son tres los artículos de Derecho Canónico que fijan ineluctablemente el fundamento del matrimonio: es decir la posibilidad de procrear.
El cura Santoro ha anunciado que si el arzobispo de Florencia negara el permiso para el matrimonio, recurrirá al Papa.