El último episodio de violencia acabó con la vida de 13 fieles de la etnia berom.
Otras 13 personas han muerto en nuevo brote de violencia interreligiosa en Nigeria. Vienen a sumarse a una oleada de agresiones que ha precipitado la crisis institucional y que ha llevado a la disolución del Gobierno del país, que no ha conseguido hasta ahora detener las masacres sectarias.
Al igual que ocurrió hace menos de dos semanas, un grupo de hombres armados pertenecientes a la etnia fulani, de fe musulmana, volvieron a atacar de madrugada dos localidades de mayoría cristiana habitadas por el grupo étnico berom, asesinando con machetes y quemando al menos a 13 personas, en el Estado central de Plateau.