Cerca de 400 monumentos religiosos españoles se encuentran en ruinas. Así lo recoge la ‘lista roja’ que elabora la Asociación Hispania Nostra, que recoge más de 1.100 monumentos españoles que están en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial en sus valores.
Entre los monumentos religiosos que aparecen en la lista (https://listaroja.hispanianostra.org/) se encuentran monasterios, ermitas, cenobios, iglesias y hospitales que quedaron abandonados, cuando no arrasados, vandalizados y saqueados.
Entre esos casi 400 monumentos religiosos, la asociación incluye el Santuario de la Virgen de Gracia (La Fresneda, Teruel), la Ermita de San Jorge o del Salvador (Cáceres), el Convento de San Antonio de Padua (Garrovillas de Alconétar, Cáceres), la Hacienda Jesús del Valle (Granada), el Monasterio de San Salvador de Cornellana (Asturias), el Monasterio de Santa María de Melón (Orense), la Iglesia de Sant Serni d’Àrreu (Lérida) y la Ermita Templaria de Sepúlveda de Yeltes (Salamanca).
«En ocasiones fue la Guerra de la Independencia contra Napoleón. Después vinieron la letal Desamortización de Mendizábal (1836-1837) y la Guerra Civil (1936-1939). Y, en otros muchos casos, la desidia, la mala gestión o la falta de vocaciones, agudizada tras el Concilio Vaticano II (1962-1965). Algunos de estos factores, o todos juntos, según los casos, provocaron la pérdida irreparable de cientos de edificios religiosos con gran valor patrimonial y artístico en España», denunció Hispania Nostra.
La asociación lamentó que «lo que antes eran unos monumentos que albergaban valiosas bibliotecas y obras de arte sacro, quedaban reducidos a un montón de escombros. Muchas veces, las piedras y las vigas de madera de esos conventos se arrancaron para construir casas, cercados o incluso plazas de toros, mientras que las más valiosas y elaboradas (capiteles, columnas y hasta claustros enteros) eran vendidas, en ocasiones a compradores extranjeros. Ese es el devenir que han sufrido muchos de los edificios religiosos más notables de España en los dos últimos siglos».