“No tengo descanso, es algo tan terrible que no puedo descansar ni de día ni de noche”. Con estas palabras comienza su testimonio, postrada en la cama, Paula Díaz, una joven chilena de 19 años que sufre una enfermedad degenerativa que ha ido deteriorando su cuerpo con un intenso dolor que le ha llevado a iniciar una campaña para pedir a la presidenta saliente de Chile, Michelle Bachelet, que autorice su muerte asistida.
“Le suplico con toda mi fuerza que me venga a ver porque ya no puedo más esperar”, pide la joven en unas duras imágenes difundidas por su familia en las redes sociales con la que dicen buscan sensibilizar a la sociedad sobre la situación de Paula que pasó “de ser una niña sana a estar postrada en una cama sufriendo un dolor interminable de día y de noche”.
Su hermana Vanessa contó en la emisora de radio Bio Bio cómo ha sido el proceso de deterioro que empezó en noviembre de 2013 con una serie de síntomas inconexos, en ocasiones desconocidos para los médicos. Primero comenzaron los movimientos involuntarios, luego perdió la sensibilidad en las manos y las piernas. ”Los médicos no acertaban a asociar con una enfermedad concreta”, cuenta. A partir de ahí la familia empezó un periplo de hospitales y centros médicos para tratar de determinar qué le sucedía a Paula pero no existe un diagnóstico claro.
Las consecuencias sí son visibles. Paula yace en la cama con las piernas rígidas dobladas hacia atrás, tiene fotofobia, siente ardores en el cuerpo constantemente por lo que gime y pese a las compresas de frío y las bolsas de hielo no hay nada que le alivie. Apenas puede dormir unas horas. “Hemos pasado por muchísimas instituciones hospitales, múltiples diagnósticos. Es terrible no tener una certeza de lo que pasa con ella”, lamenta su hermana.
En su mensaje la joven reclama la ayuda de la presidenta, después de haber probado numerosos tratamientos. «Sigo luchando para que ella me escuche porque no puede saber lo que me sucede, si yo soy la que estoy sufriendo, solo pido descanso y le suplico que me de la eutanasia porque ya no soporto mi cuerpo».
Este puede que se uno de los últimos retos de la presidencia de Bachelet, que ya tuvo que enfrentarse a un caso similar en 2015 cuando la adolescente Valentina Maureira, enferma de fibrosis quística, pidió a la mandataria que le ayudase a “dormir para siempre”. No obstante, en Chile, la eutanasia está prohibida.Desde el Parlamento algunos legisladores han solicitado reactivar un proyecto de ley presentado en 2014 sobre la regulación de la eutanasia.
La madre de la joven, María Cecilia Ahumada, una profesora divorciada que lleva cuatro años sin empleo, dirigió una carta al Parlamento el pasado diciembre contando la historia de Paula y pidiendo ayuda para afrontar la difícil situación que atraviesan, también económica. “Mi hija exige descanso, pide una inyección que la duerma para siempre (…) todo esto sería mucho más llevadero si tuviera los recursos económicos”, escribió. En su misiva, hacía referencia a las constantes hospitalizaciones de la adolescente y los diagnósticos inciertos. Según su testimonio, algunos médicos sugirieron que la enfermedad de su hija podría estar vinculada con dos vacunas que le pusieron en agosto de 2013, valoraciones “que solo dieron verbalmente”, expuso.
En la nueva campaña pidiendo ‘Justicia para Paula’ reactivada tras la publicación de un extenso reportaje de El Mostrador que ha acompañado con imágenes en redes sociales la familia hace una última petición: “Basta de ser ignorada, necesita urgentemente una respuesta, cada día está condenada a enfrentar un dolor del que no puede escapar. Exigimos justicia para que Paula pueda descansar dignamente”.