La familia de una chica de 15 años expulsada el domingo de la procesión por su ropa inadecuada quiere denunciar a tres conciliarias por abandono de una menor
Tenía que haber sido un día grande, como para el resto de la ciudad que salió a la calle a acompañar a la Virgen de las Angustias por las calles del centro, pero para la familia de una menor que pretendía salir en procesión con la patrona fueron unas horas angustiosas, casi de desesperación. La chica, de 15 años, fue expulsada del cortejo, en el que participaba casi toda su familia, por una de las conciliarias por "llevar la falda muy corta". La menor estuvo durante tres horas -hasta que pudieron dar con ella-, en "estado de shock, sin dinero ni móvil", según declaró su padre a este periódico. De hecho, la familia ha pedido a la hermandad mediante una carta certificada que identifique a las personas que echaron a la menor para denunciarlas, probablemente por abandono.
La tarde del domingo, que iba a acabar entre lágrimas, comenzó como un día de la patrona cualquiera. La familia se dirigió a la basílica, a la que accedieron el padre, "horquillero desde hace 30 años"; uno de sus hijos y la menor, con 15 años recién cumplida y media vida como hermana de la Virgen de las Angustias. Al ver que la procesión comenzaba a salir, los hombres se fueron a su puesto y la chica fue con las hermanas para poder acompañar a la patrona por su tradicional devenir de septiembre. En ese momento, el padre y el hermano ven cómo la menor sale de la basílica con el cortejo intentando incorporarse a la fila.
Pero, en la misma Carrera de la Virgen, donde se agolpaban miles de personas, "una señora de mediana edad rubia", según consta en la misiva a la que ha tenido acceso este periódico, le comentó en tono irónico a la menor "la próxima vez, ponte la falda más corta". A renglón seguido, "se acercó a ella una señora más joven, morena y con una cola en el pelo y le dijo que se fuera porque la falda la tenía muy corta". En ese momento, la menor no supo qué hacer porque la insistencia de "esa señora era amenazante". "Sin ni siquiera preguntarle nada, sin saber si tenía teléfono, dinero, edad o cualquier atención que por caridad cristiana se debe tener hacia cualquier persona", esa mujer echó a la menor de la procesión, dejándola entre los cientos de personas que en ese momento se agolpaban viendo el cortejo.
Su madre, que no salía en la procesión, echó en falta a la menor. Ella estaba apostada en las proximidades del Ayuntamiento y vio pasar a otra familiar, una tía abuela de la chica, en el cortejo. Se extrañó porque la joven siempre solía ir con ella. Así que empezó a buscarla.
Al no dar con ella, comenzó a preocuparse. Preguntó a las conciliarias, pero no obtuvo respuesta. Así que, angustiada, llamó a su marido, bastante nerviosa para comunicarle que no encontraba a la niña. El padre comenzó a buscarla también y dio aviso al hermano de la menor para que le ayudase. Y, como tampoco podía dar con ella debido al gentío, decidió acudir a la autoridad. Así que advirtió a la Policía Local, Nacional y a Protección Civil que su hija, que debería ir en el cortejo, había desaparecido.
Esa situación se prorrogó durante unas tres horas. Hasta que, por fin, la menor pudo acercarse a su tía abuela, ya por la calle Alhóndiga, sorteando algunos claros entre la gente. Según su progenitor, la menor estaba "en estado de shock" por lo sucedido y bastante angustiada. La tía abuela notificó a los padres que la menor había aparecido y, ya en presencia de la madre, fueron a pedir explicaciones a la conciliaria. Le pidió que se identificase, a lo que ella, al parecer, dijo que no. La madre asegura en el escrito que llegaron a golpearle en un pie con el báculo ante la insistencia -aunque desde la hermandad aseguran que la madre zarandeó a algunas hermanas-.
El lunes, la familia, el hermano mayor y la secretaria general se reunieron para pedir la identidad de las personas que echaron a la menor del cortejo. Ahora, han remitido una carta para que la petición sea formal y que la respuesta "no se dilate mucho".
La menor, con la falda objeto de la expulsión.
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