Y al séptimo día Dios descansó. No así muchos de sus seguidores más radicales y sectarios, quienes se concentraron ayer en la madrileña plaza de Colón para manifestarse a favor de la familia cristiana. El presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Ricardo Blázquez, acotó el término: la familia se forma por el matrimonio entre un hombre y una mujer”
Algo que, como zanjó el Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, “ningún gobierno ni Estado puede cambiar”. La declaración de una de las oradoras sirve para ejemplificar el modelo de familia y el papel de la mujer y esposa que defiende la Iglesia: "las mujeres tienen que ser como María, la Virgen, ama de casa para el bien de la familia”.
Entre uno y dos millones de personas, según la organización y 130.000 según el Manifestómetro, se concentraron en la plaza de Colón el día de la festividad de la Sagrada Familia. Según los organizadores, habían llegado 50 autobuses de toda España y del sur de Portugal. Al acto acudió gran parte de la jerarquía eclesiástica, fieles laicos de varias asociaciones e incluso, el Papa, Benedicto XVI, quien desde Roma, mandó un mensaje televisado en directo a los católicos reunidos en Madrid.
La Razón gratuita
A la salida del metro se repartía gratuita una edición especial de La Razón, con una entrevista a Rouco Varela. El diario ultraconservador, como es habitual, no dejó pasar la ocasión para dar al acto un toque político. “La familia se enfrenta a numerosos ataques”, asegura su editorial. “El núcelo familiar (…) es marginada por las políticas gubernamentales. En suma, sufre un proceso de desvalorización”.
Editorial
Asimismo, el editorial tacha de electoralistas medidas tan importantes como el cheque-bebé, la Ley de Dependencia o las normas laborales de conciliación familiar, todas ellas impulsadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Además critica con fuerza el matrimonio entre homosexuales, que ha supuesto uno de los mayores avances sociales de la historia de España, el divorcio exprés y el supuesto aborto libre que propugna el Gobierno, a pesar de que el PSOE ni siquiera ha recogido un cambio de legislación sobre este tema en su programa electoral de los próximos cuatro años.
Críticas al Gobierno
En los corrillos que se formaron antes de que comenzara el acto se susurraban críticas contra el Gobierno, a pesar de que desde el escenario-púlpito de la plaza se proclamaba: “No estamos aquí contra nadie, no hay nada negativo en esta fiesta”.
Aplausos
Sin embargo, los mayores aplausos se los llevaron las frases de contenido político que se intercalaron con los religiosos en los discursos de obispos y de fieles de varias organizaciones, entre las que se encontraba el Opus Dei.
"¿Cultura de la muerte"?
Las críticas, muchas de ellas encubiertas, contra el Gobierno centraron parte de estas intervenciones. “La cultura de la muerte”, como denominaron al aborto fue uno de los temas estrellas. Se parafraseó a Juan Pablo II, quien en la plaza de Lima hace 25 años ya previno contra la muerte de “los inocentes ya concebidos”
Primer problema mundial
El arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, criticó las legislaciones "injustas e inícuas", en clara referencia al Gobierno socialista, y aseguró que "sólo la defensa de la familia abrirá el camino hacia la cultura de la vida y del hombre, contra la cultura de la muerte y del engaño”. Además, certificó sin el mayor sonrojo que la familia es el gran problema mundial.
Marcha atrás
En este mismo sentido se manifestó el cardenal Rouco Varela en su homilía de la misa con la que acabó el acto. El cardenal también criticó el aborto, el divorcio y lamentó que el ordenamiento jurídico supuestamente haya dado marcha atrás con respecto al artículo 16 de los derechos humanos, referido a la protección de la familia.
Contra el laicismo radical
El polémico Arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco, no quiso ser menos en sus declaraciones y aseguró que “preocuparse por la familia cristiana es preocuparse por lo bueno para el hombre”. A la vez, criticó el laicismo radical, “que conduce a la desesperanza, al aborto y al divorcio expres. Por ese camino (…) se va hacia el fin de la democracia”.
Derecha mediática
A la celebración no podía faltar Popular TV, la televisión radical y ultraderechista amiga de la COPE, la propia radio de los obispos y Radio María, otra de las emisoras sectarias de la Iglesia. Todas estuvieron muy pendientes de la intervención del Papa Benedicto XVI, quien no aportó más ideas que las que repitieron una y otra vez los prelados españoles durante toda la mañana.
Acto con tintes políticos
Fue un acto pacífico, con tintes políticos, donde los obispos se empeñaron en que las críticas al Gobierno centraran el acto. Es difícil no darse cuenta de que se trataba de una celebración sectaria y trasnochada. Sirva si no esta frase que dijo una de las oradoras que invitaron al acto y que las personas que acudieron a Colón pudieron oír: “Las mujeres tienen que ser como María, la Virgen, ama de casa para el bien de la familia”.