Algo tiene Genarín que cautiva a la juventud. Esa mezcla de personaje caótico aderezada con una historia que suma todo tipo de vicios parece calar entre los más jóvenes. Tanto, que su procesión pagana ha alcanzado en la madrugada de este 'Viernes Santo' cotas inimaginables.
Más de 20.000 personas, en la mayor concentración de público de toda la historia por parte de este personaje según han reconocido los 'cofrades', se han dado cita a lo largo del peregrinar de Genarín por las calles de la capital, principalmente en el casco histórico.
Una hora antes de que hasta la Plaza del Grano llegaran los protagonistas de este singular acto procesional, en el que la figura del 'santo Genaro' es tan importante como el licor que se reparte entre los presentes, ya era imposible caminar en esa zona de la ciudad.
Fue llegar el 'putero y pellejero' Genarín, junto a sus personajes, y una especie de locura colectiva invadió toda la plaza. Genarín y sus cofrades, la muerte, una barrica y una mujer de mala vida ('La Mocha'), además de 'manolas genarianas', han llevado a que el público estallara en vivas a este pendenciero personaje, al alcohol que lo alimentaba, y a proferir todo tipo de proclamas.
'Cuatro evangelistas'
La obra iniciada por 'cuatro evangelistas' [Paco Pérez Herrero, mecánico dentista y poeta que hizo resurgir la tradición tras los años de censura; Luis Rico, aristócrata bohemio; Nicolás Pérez, árbitro de fútbol y agente comercial quien plantó los ajos en las porterías de La Puentecilla en los mejores años de la Cultural y Deportiva Leonesa; y Eulogio ‘El Gafas’, taxista, uno de los evangelistas más prolijos en la creación literaria entorno a Genarín y sus aficiones] ha vivido este jueves un de sus mayores 'éxitos': Genarín, un personaje calificado 'de tercera' en la época, ha provocado la mayor concentración de público que jamás nadie hubiera imaginado.
Los 'fieles' de Genaro habrían llenado en esta jornada dos veces el estadio Reino de León, otras tantas la Plaza de Toros de la Ciudad y han doblado el número de asistentes a la última gran manifestación en defensa del ferrocarril para la ciudad.
Es el milagro de Genarín, un hombre de leyenda, que tras el encuentro con sus fieles ha recibido en la muralla en la que falleció pan, queso y una naranja, alimento para un largo año en el que de nuevo volverá a procesionar.
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