Navi Pillay cree que la norma quebranta las obligaciones internacionales de Suiza en materia de derechos humanos
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha condenado la decisión de prohibir los minaretes en las mezquitas de Suiza, adoptada el domingo pasado en un referendo, y la ha calificado de "discriminatoria" y contraria a las obligaciones de Suiza en materia de derechos humanos.
"He dudado en condenar un voto democrático, pero no tengo ninguna duda en condenar la ola antiextranjera que ha caracterizado a las campañas políticas en algunos países, entre ellos Suiza, y que ayuda a que se produzcan resultados como este", ha lamentado Pillay en un comunicado.
La prohibición de construir minaretes, aprobada por cerca de un 60% de los suizos, "es discriminatoria, profundamente divisoria y un paso extremadamente desafortunado por parte de Suiza, que la pone en riesgo de colisionar con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos", ha agregado.
Jurista surafricana
La alta comisionada -una jurista surafricana que en su propio país de origen luchó activamente contra el apartheid– ha admitido que el Gobierno suizo no apoyó la iniciativa de prohibir los minaretes lanzada por dos partidos de la derecha nacionalista.
Pero ha lamentado los argumentos falaces utilizados en la campaña electoral por sus partidarios, que explotaron el miedo al islam.
Xenofobia e intolerancia
"La política basada en la xenofobia o la intolerancia es extremadamente preocupante, donde quiera que ocurra. A veces se dirige contra los miembros de una determinada religión, como es el caso. Otras veces contra gente de diferente raza u origen étnico. Esto es corrosivo, y a partir de cierto momento, puede convertirse en peligroso", ha advertido.
El resultado del referendo sobre los minaretes en Suiza ha sido criticado por numerosos países y organizaciones, mientras el Gobierno helvético trata de neutralizar sus efectos por la vía diplomática.