Un Tribunal especial de Gujarat, en el oeste de la India, ha condenado este viernes a cadena perpetua a 11 de los 24 condenados por la muerte de 69 personas durante las matanzas por motivos religiosos registradas en 2002 en ese estado.
En esas matanzas perdieron la vida un millar de personas, en su mayoría miembros de la minoría musulmana.
El Tribunal especial de Ahmedabad, que calificó la matanza como «el día más oscuro en la historia de la sociedad civil», condenó a cadena perpetua a los 11 acusados que habían sido declarados a principios de junio culpables de asesinato, según informaron fuentes judiciales a periodistas.
Entre los otros 13 que habían sido declarados culpables de conspiración y otros cargos, uno fue condenado a una década en prisión y los 12 restantes a 7 años.
36 exonerados, cinco fallecidos y un huido
El 2 de junio la corte especial, formada por el Tribunal Supremo de la India, había exonerado a 36 acusados, entre ellos el político Bipin Patel, miembro del gubernamental BJP del primer ministro indio, Narendra Modi.
Cinco de los acusados fallecieron en prisión durante el proceso, que comenzó en 2009, y uno está huido.
Modi era jefe de Gobierno de Gujarat en febrero de 2002 cuando comenzaron los choques interreligiosos en la región a raíz de la muerte de 59 peregrinos hindúes durante un incendio en un tren en la localidad de Godhra, del que fueron acusados extremistas musulmanes.
Como consecuencia se desencadenó una ola de violencia en Gujarat contra la comunidad musulmana por la muerte de esos peregrinos, produciéndose numerosos ataques como el del barrio musulmán en Ahmedadad por el que fueron condenados hoy 24 acusados.
En ese suceso una turba de unas 20.000 personas prendió fuego a varias viviendas en el barrio y quemó vivas a 69 personas, entre ellas el político del Partido del Congreso Ehsan Jafri.
La esposa de Jafri, Zakia, ha sido una de las principales demandantes en el caso y llegó a culpar al Ejecutivo de Modi cuando gobernaba Gujarat de complicidad con los atacantes por no haber hecho lo suficiente para detenerlos, algo de lo que el actual primer ministro ha sido declarado inocente en varios juicios.
«No estoy satisfecha con la sentencia. Han dado condenas menores a demasiados y han liberado a otros tantos. La justicia ha sido negada», ha dicho Zakia tras el juicio ante los medios de comunicación.