El filme retrata a Alá, algo prohibido en el islam
Un tribunal de Túnez ha multado con 900 euros a Nabil Karoui, responsable del canal privado Nessma, por la emisión de la película animada Persepolis. El largometraje, basado en la novela gráfica del mismo nombre firmada por la iraní Marjane Satrapi, relata la historia de desencuentro de una joven con el régimen de Teherán nacido de la revolución islamistas de 1979. El tribunal ha resuelto que Karoui, con la difusión del filme, es culpable de desorden público y de atacar valores morales por representar a Alá, algo prohibido en el islam.
Durante el largo, Alá aparece con el aspecto de un anciano canoso y barbudo. La difusión del filme en Túnez provocó violentas manifestaciones contra el canal privado y el domicilio de Karoui. El fallo, no obstante, es más leve de la que habían pedido algunos islamistas. Los cargos que pesaban contra el responsable de Nessma podrían haberle encerrado entre rejas por tres años. Los salafistas han pedido incluso la ejecución de Karoui. El proceso judicial refleja una de las asignaturas que aún quedan más que pendientes en el Túnez proMubarak: la libertad de prensa.
Los islamistas reunidos en torno al partido Ennahda gobiernan el actual Ejecutivo de transición a falta de que la nueva Constitución abre las puerta a unas nuevas elecciones. Y precisamente son los salafistas, sin representación en el Parlamento, los que más presionan para extender en el nuevo Túnez su visión rigorista de la práctica islamica a través de la ley sharía.
"No creo que la situación sea dramática", ha declarado Karoui tras conocer la sentencia. "Nunca tuvimos una libertad de prensa como esta".