"Se han ensañado porque es un latino muerto de hambre. Le han condenado como si fuera un asesino en serie". Rosario Yara llora impotente, desde Lanzarote, la suerte de su hijo Flavio, condenado a 36 años en una prisión del norte de Florida.
Flavio Santisteban, hijo de españoles nacido en Cuba, conducía su camión por una autopista en Miami el 11 de febrero de 2005. Según su testimonio, sintió un golpe por detrás y se salió de la carretera. Una vez en la mediana, salió de su vehículo y fue a auxiliar a las cuatro personas que viajaban en el coche con el que había colisionado.
Pudo escuchar sus voces y comprobar que estaban bien pero en 1 segundo se precipitó la tragedia. Explotó la carga que transportaba en su camión y el fuego arrasó la escena del accidente.
Lo siguiente que recuerda Flavio es cuando despierta en un hospital con el cuerpo quemado. Allí junto a su esposa, Cari Ann, también cubana hija de españoles, le comunican que los cuatro pasajeros del vehículo habían muerto.
"Desde el primer momento los abogados nos dijeron que Flavio no tenía ninguna responsabilidad, que había sido un accidente", recuerda Cari Ann. Tres abogados, supuestamente contratados por la compañía aseguradora de la empresa de Flavio, se encargaron de su defensa en el juicio civil.
Allí Flavio y su mujer se enteraron de que las 4 víctimas del siniestro -Gloria Meryl Halpern, Anita Epstein, Alain B. Klein y Deborah Klein- pertenecían a familias judías con un gran poder económico.
La esposa y la madre de Flavio acusan a Streitfeld de no ser imparcial y de haberse involucrado personalmente en el caso. Este juez reclamó a su colega Mily Rodríguez-Powell poder llevar el asunto también por la vía criminal. El acusado fue condenado por 4 cargos de homicidio. "Yo no soy abogado pero me han dicho que para elevar la cantidad de la indemnización en la causa civil, ayuda mucho una sentencia penal en contra", se lamenta Cari Ann.
Cambio de conductor en el vehículo de las víctimas
El comportamiento del juez -que ha creado sospechas en la familia y en el que basan sus alegaciones- tiene como primer punto oscuro el sorpresivo cambio del conductor del vehículo de las víctimas.
Cuando la patrulla de la Policía de carreteras llegó al lugar de los hechos se registró en un informe que aseguraba que la conductora era Deborah Klein, de cuyos análisis se desprendió que tenía en la sangre gran cantidad de barbitúricos.
Como por arte de magia durante el juicio apareció una segunda investigación en la que se mantenía que quien conducía era Gloria Mery Halpen y que Deborah iba en el siento de atrás.
Este es uno de los detalles que han llevado a Armando Valladares (conocido opositor anticastrista) a involucrarse en el caso. Valladares permaneció 22 años en la cárcel en Cuba. Fue liberado a instancias del ex presidente francés, Francoise Mitterand y llegó a ser embajador de los Estados Unidos en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Ahora lucha por enmendar lo que considera "una injusticia que se ha vuelto a cebar en el más débil". Con una foto del vehículo quemado, que no fue admitida como prueba por el juez, señala los destrozos que demostrarían que la responsable del accidente sería la conductora del coche, no del camionero.
'La tradición judía' resultó determinante
Pero lo más llamativo es la sentencia por la que Streitfeld condena a Santisteban y en la que utiliza ante las cámaras que les estaban grabando conceptos religiosos y numerología de la tradición judía.
"En la tradición judía hay un concepto de chai, 18, que significa vida. Es algo que deseo tener presente para imponer una sentencia sobre la pérdida de la vida de cuatro personas judías. Es mi decisión imponer una sentencia de doble chai, 36 años en la prisión estatal de la Florida", afirma el juez mientras el condenado escucha la traducción por unos cascos.
Ahora Rosario Yara, la madre de Flavio que emigró desde España huyendo de la represión franquista tras la guerra y después tuvo que hacer lo mismo por la persecución del castrismo, libra una nueva batalla.
Ha pedido el amparo de Enrique Múgica, el defensor del pueblo en España, mientras su nuera pelea en los tribunales de Florida. "Esto ha sido un atropello de personas muy poderosas en contra de un infeliz", se lamenta Valladares que en breve visitará España en busca de apoyos para la causa de Flavio.