Un hombre de negocios francés se ha desplazado a Bruselas para pagar las multas que ha impuesto el Estado belga a dos mujeres menores de edad por llevar el niqab en la calle, lo que está prohibido desde el 23 de julio.
Aunque el empresario Rachid Nekkaz no está a favor de que las mujeres musulmanas lleven el niqab, velo negro que sólo deja los ojos al descubierto, sí se opone a que se les prohíba llevarlo en público y se les multe.
Por ello pagará para las dos adolescentes, de 16 y 17 años, la multa de 100 euros -50 cada una- que tienen que pagar por haber llevado esa prenda en espacios públicos.
El empresario les había expresado a las dos mujeres el 23 de julio su solidaridad cuando entró en vigor la ley y después de que recibieran una amonestación verbal por llevar el niqab.
Nekkaz ha hecho a las dos jóvenes beneficiarias de su Fondo en Defensa de la Laicismo y la Libertad, dotado de un millón de euros.
Las dos menores de edad han estado en contacto desde hace algún tiempo con él para informarle de su situación.
Después de ayudar en Bruselas a estas dos mujeres, el empresario se desplazará a Roubaix (Francia) para pagar la multa de 75 euros de una mujer afectada por la prohibición en ese país.
El empresario prevé denunciar a los Estados belga y francés ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por violar las libertades fundamentales de esas personas.
Bélgica se convirtió el pasado 23 de julio en el segundo país de la Unión Europea (UE) después de Francia en prohibir por ley el uso público del velo integral, incluido el burka y el niqad.
La normativa, que prevé multas de hasta 137,50 euros y una pena de prisión de entre uno y siete días, no tiene por objeto exclusivo el velo islámico, sino toda prenda que implique la ocultación total o parcial del rostro.
La medida prohíbe el uso de ese tipo de vestimenta en todas las zonas públicas (calles, comercios y edificios públicos, y no sólo en sedes de la administración), por razones de seguridad y orden público.
El uso del velo integral es "marginal" en un país que cuenta con entre 400.000 y 600.000 musulmanes censados de los que sólo entre 200 y 300 mujeres llevarían el niqad.
Hasta la fecha existían reglamentaciones comunales que impedían el uso de esas prendas, y basándose en estas en la región de Bruselas la policía registró 29 procedimientos verbales en 2009, limitadas a los barrios de la capital que tienen la mayor concentración de la comunidad musulmana.
La ley fue aprobada en su momento prácticamente por unanimidad en el Parlamento belga.