Al menos cuatro personas murieron y varias decenas resultaron heridas este domingo por la explosión de una bomba durante una misa católica en una universidad del sur de Filipinas, una zona con presencia de grupos insurgentes, informó la policía.
La explosión ocurrió durante una misa en el gimnasio de la Universidad Estatal de Mindanao, en Marawi, la mayor ciudad musulmana del país, informó el jefe regional de la policía, Allan Nobleza. “Más de 40” personas estaban siendo atendidas en el hospital con heridas, indicó. “Estamos investigando si fue un IED [aparato explosivo improvisado] o el lanzamiento de una granada”, agregó Nobleza.
El presidente Ferdinand Marcos condenó el ataque, que atribuyó a “terroristas extranjeros”. “Condeno en los términos más fuertes posibles los actos atroces y sin sentido perpetrados por terroristas extranjeros contra la Universidad Estatal de Mindanao”, expresó Marcos en un comunicado.
La universidad también condenó “el acto de violencia”, suspendió las lecciones y desplazó más personal de seguridad al campus, indicó la institución en un comunicado. “Nos mantenemos solidarios con nuestra comunidad cristiana y todos los afectados por esta tragedia”, agregó el comunicado.
Imágenes divulgadas en Facebook por el gobierno provincial de Lanao del Sur mostraron al gobernador Mamintal Adiong visitando a las “víctimas heridas” del ataque en un centro médico.
El estudiante universitario Chris Jurado, de 21 años, dijo a AFP desde su lecho de hospital que la explosión ocurrió durante la primera lectura de la Biblia de la misa. “Ocurrió de repente, todos comenzaron a correr”, relató. Cuando miré atrás había gente tendida en el suelo, no sabíamos lo que había pasado porque fue muy rápido.
Permanecer unidos
A su vez, Rowena Mae Fernandez, de 19 años, contó que inicialmente no supo que había sido una explosión. “Mi acompañante y yo corrimos, aunque en un momento caímos al suelo. Fue lo único que recordé hasta que salí del gimnasio y me caí de nuevo”, expresó. “Mis amigos lloraban cuando me vieron herida”.
El alcalde de Marawi, Majul Gandamra, urgió a los miembros de las comunidades musulmana y cristiana permanecer unidos. “Nuestra ciudad ha sido por mucho tiempo un ejemplo de coexistencia pacífica y armonía, y no permitiremos que tales actos de violencia opaquen nuestro compromiso colectivo con la paz y la unidad”, indicó Gandamra en un comunicado, en el cual condenó el ataque.
El hecho ocurrió luego de que las fuerzas armadas filipinas lanzaran el viernes un ataque aéreo que mató a 11 combatientes islamistas de la organización Dawlah Islamiyah-Philippines, en Mindanao. Las fuerzas armadas indicaron el sábado que el grupo planeaba montar ataques en la provincia de Maguindanao del Sur.
Lanao del Sur y Maguindanao del Sur son parte de la Región Autónoma Bangsamoro, en la isla musulmana de Mindanao. La región ha sufrido durante décadas ataques contra autobuses, templos católicos y mercados públicos. El gobierno filipino firmó en 2014 un acuerdo de paz con el mayor grupo rebelde del país, el Frente Islámico de Liberación, que puso fin a su alzamiento armado.
Pero grupos menores de combatientes musulmanes contrarios al acuerdo de paz permanecen activos, incluidos algunos leales al grupo Estado Islámico (EI). También hay rebeldes comunistas en la región.
En mayo de 2017, cientos de hombres armados locales y extranjeros aliados de EI asediaron Marawi. Nobleza dijo que la policía investiga si lo ocurrido el domingo está relacionado con el ataque aéreo del viernes.