El acto no ha contado con ningún símbolo religioso, como había solicitado la escritora.
Rosa Regàs ha sido despedida este sábado en una ceremonia a la que han asistido unas 300 personas, de la que han estado ausentes los símbolos religiosos, por expreso deseo de la escritora, y que ha comenzado con el Himno de Riego.
El tanatorio Áltima, situado en la Ronda de Dalt de Barcelona, ha acogido la ceremonia en la que se han dado cita, junto a los familiares y amigos de la escritora, fallecida este miércoles a los 90 años en su residencia de Llofriu (Girona), representantes de la política, el mundo editorial y literario.
El Himno de Riego ha dado comienzo a la ceremonia en una sala en la que, por expreso deseo de la escritora, no había ningún crucifijo, y en la que dos de sus cinco hijos, Anna y Mariona, han glosado la figura de su madre, una mujer que han definido como «muy potente».
Además, dos de sus nietos y una sobrina, han recordado la serie de RTVE Abuela de verano, basada en la relación de Rosa Regàs con sus nietos en su residencia de Llofriu y protagonizada por Rosa Maria Sardà. Dos pantallas han recogido además innumerables fotos de la escritora acompañada a lo largo de su vida por personalidades de diferentes ámbitos, así como por sus familiares.
Entre las personalidades que han acudido a despedir a Rosa Regàs se encontraban el ministro de Industria y Turismo y exalcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el primer secretario del PSC, Salvador Illa; el alcalde de Barcelona, Jordi Collboni; y la exalcaldesa y líder de los Comuns, Ada Colau.
También estaban en el acto el director general del grupo Planeta, Josep Creuheras, y el publicista Lluís Bassat, entre otros. Muchos de ellos han coincidido en subrayar la fuerza y firmeza de la escritora y de una «muy buena amiga», que han asegurado «vivió intensamente», según ha señalado Josep Creuheras.
Salvador Illa ha puesto el acento en el compromiso de Regàs con la sociedad «y con los valores de la izquierda», mientras el alcalde de Barcelona ha subrayado su feminismo, valores progresistas y compromiso con la sociedad.
Para Ada Colau, fue una mujer «hiperactiva» y «generosa» que deja un legado en sus libros y «de amor por la libertad y la vida», además de elogiar especialmente su honestidad y el hecho de que «nunca se ponía de perfil y decía lo que pensaba por mucho que pudiera incomodar».
Una destacada trayectoria
Nacida en Barcelona el 11 de noviembre de 1933, Regàs ganó en 1994 el Premio Nadal con su novela Azul, en el año 2001 se alzó con el Premio Planeta con una novela de intriga, La Canción de Dorotea, y en 2013 obtuvo el Premio Biblioteca Breve por la novela Música de Cámara.
Antes de dedicarse a la escritura, Regàs trabajó en la editorial Seix Barral, de 1964 a 1970, año en el que fundó la editorial La Gaya Ciencia, sello en el que aparecían libros de literatura, política, economía, filosofía, poesía y arquitectura; las revistas Arquitecturas Bis y Cuadernos de la Gaya Ciencia (1976) y Ediciones Bausán, dedicada a literatura infantil.
Además de su actividad editorial y literaria, con más de una veintena de libros, Rosa Regàs había trabajado como traductora para las Naciones Unidas en Ginebra y también fue directora de la Biblioteca Nacional de España de 2004 a 2007.
Su última novela fue Música de cámara (2013), con la que obtuvo el obtuvo el Premio Biblioteca Breve, aunque en los últimos años había escrito más ensayo, como Contra la tiranía del dinero (2012). En 2014 publicó Entre el sentido común y el desvarío (Ara Llibres), la primera parte de sus memorias, que continuó con Una larga adolescencia (2015) y Amigos para siempre (2016).
Este 2024, ya con 90 años, apareció su último libro, Un legado, en el que daba cuenta con detalle de los episodios cruciales de su vida y de su paso por el sector editorial y cultural, con mención especial a amigos como Juan Benet, Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma.