A partir del 31 de diciembre no se podrá celebrar la liturgia
El gobierno ucraniano arrebata indefinidamente a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana su catedral más importante, en Kiev, que hasta mayo pertenecía al Patriarcado de Moscú.
Por iniciativa del Ministerio de Cultura, la autoridad estatal que arrienda a la Iglesia gran parte del mundialmente famoso Monasterio de las Cuevas de Kiev, se ha prohibido la celebración de oficios litúrgicos en la Catedral de la Asunción a partir de las 21.00 horas del 31 de diciembre.
Las autoridades informaron al abad del monasterio, el metropolita Pavlo, en una carta fechada el martes, que no renovarían el contrato de arrendamiento de la catedral y otra iglesia del monasterio, que expira a finales de año, porque desde principios de enero una comisión gubernamental debatirá el futuro uso de la zona de 23 hectáreas de la abadía, con más de 100 edificios.
A partir del lunes, la catedral de la Asunción y la iglesia del refectorio sólo estarían abiertas para los trabajos de la comisión gubernamental. El ministro de Cultura, Olexandr Tkachenko, declaró que la iglesia no podría utilizar los dos edificios sagrados hasta que finalice la auditoría.
Cisma ortodoxo
Precisamente la cuestión de los ortodoxos ucranianos fue el detonante del cisma actual entre las iglesias ortodoxas. Antes de que empezara la guerra, existían dos iglesias ortodoxas en el país. Una, la histórica, dependiente del Patriarcado de Moscú y otra recientemente creada a la que el Patriarca de Constantinopla concedió la autocefalia, lo que provocó el cisma con la Iglesia Ortodoxa Rusa.
La mayor parte de los fieles ortodoxos ucranianos pertenecían a la Iglesia que permaneció unida a Moscú, aunque no es fácil determinar cómo quedarán las cosas cuando finalice la guerra.
El gobierno de Zelenski, así como el parlamento de Ucrania, emprendió hace unas semanas una campaña de acoso contra los ortodoxos que no pertenecen a la iglesia autocéfala, acusándoles de trabajar para el invasor.