La disposición del islam como «religión del Estado» se transforma en «Túnez forma parte de la umma islámica», una definición que genera dudas sobre su aplicación práctica entre los expertos.
El borrador constitucional de Túnez, que será votado el próximo 25 de julio en referendo, propone un «sistema superpresidencialista» al eliminar «los controles y equilibrios» que garantizan la separación de poderes en un Estado de Derecho, valoró hoy en declaraciones a Efe el director MENA de la Comisión Internacional de Juristas (CIJ).
Said Benarbia alertó de que el nuevo texto «debilita» el rol del Parlamento, «elimina» las garantías de una independencia judicial y otorga «poder al presidente para cesar al Gobierno y disolver la Cámara»: un sistema presidencial con poderes ejecutivos «sin restricciones».
Elaborada en menos de un mes, el texto de 139 artículos, publicado anoche, sustituirá, en caso de aprobarse en referendo, a la actual Constitución de 2014 redactada tras un diálogo de dos años durante la transición democrática que el país inicio en 2011 con el derrocamiento del dictador tunecino Zine El Abidine Ben Ali.
DIFERENCIAS CON 2014
La nueva Constitución introduce un nuevo órgano legislativo y divide el parlamento en dos cámaras: Asamblea de Representantes del Pueblo y un Consejo Nacional Regional y Territorial.
Sin embargo, debilita su control sobre el ejecutivo, que lidera el presidente de la República, como en el caso del estado de excepción, que no está sujeto al control del parlamento ni al tribunal constitucional, contrario a lo dispuesto en 2014.
También desaparecen las disposiciones sobre el «proceso de destitución» presidencial en casos de violación de la Carta Magna.
En el capítulo de los derechos y libertades, similares a los de la Constitución de 2014, reconoce la libertad de expresión, la libertad de conciencia y ritos, el derecho al trabajo y la preservación de los logros de las mujeres, pero sin mencionar la igualdad absoluta.
La disposición del islam como «religión del Estado» se transforma en «Túnez forma parte de la umma islámica», una definición que genera dudas sobre su aplicación práctica entre los expertos.
DUDAS POR CONTENIDO Y PROCESO
«El proceso (de redacción) no fue inclusivo, ya que no incorporó a los partidos políticos, la sociedad civil y las partes interesadas relevantes; realizado a puerta cerrada a través de procedimientos opacos”, explicó Benarbia sobre la incomprensión ante algunos artículos.
El borrador fue redactado en menos de un mes, después de que el presidente, Kais Said, decretara el 19 de mayo la composición de tres comités que él mismo nombró y determinara presentar un texto el pasado 20 de julio, que fue hecho público anoche.
El comité relativo al diálogo nacional incluía cuatro organizaciones, entre ellas la poderosa sindical UGTT, que declinó su participación al considerar que el proceso era «excluyente» y una escenificación».
Un proceso que «no permite disponer del tiempo y las facilidades necesarias para el debate y la inclusión de las opiniones de todos los tunecinos y sus representantes», consideró Benarbia.
Said se arrogó poderes pleno el 25 de julio de 2021 para, aseguró rectificar la transición democrática de Túnez, con un amplio apoyo popular que ha ido perdiendo desde entonces.
El presidente presentó una hoja de ruta, que incluye un referendo constitucional el próximo 25 de julio para una «Nueva República, y una elecciones legislativas el 17 de diciembre.