Hablando en un acto de campaña en una megaiglesia evangélica en el oeste de Miami-Dade, el presidente Donald Trump dijo ante una audiencia entusiasta de había ordenado la muerte del principal general iraní t se declaró el mayor amigo que los cristianos hayan tenido en la Casa Blanca.
Trump, en algunos de sus primeros comentarios en público sobre el mortal ataque con drones que ordenó contra el mayor general Qasem Soleimani —y durante una actividad creada para aumentar el apoyo en la derecha religiosa— dijo que había ordenado la muerte de Soleimani en nombre de la paz.
“Qasem Soleimani ha sido abatido y su devastación sangrienta se acabó para siempre”, dijo Trump, provocando un marcado entusiasmo entre las más de 5,000 personas que se calcula estaban presentes en la iglesia. “[Soleimani] estaba planeando ataques contra estadounidenses, pero ahora nos hemos asegurado de detener sus atrocidades definitivamente. No sé si ustedes saben lo que estaba sucediendo, pero planeaba un ataque importante, pero se lo impedimos”.
Los comentarios sobre Soleimani fueron pronunciados desde el púlpito de la enorme iglesia El Rey Jesús, cerca del Aeropuerto Ejecutivo de Miami en medio del lanzamiento de una coalición llamada Evangélicos por Trump.
Miles entraron a la iglesia —sede de una las mayores congregaciones hispanas del país— para rezar, cantar y aplaudir al presidente. Durante la primera oración, con los presentes extendiendo los brazos hacia el escenario, el pastor Guillermo Maldonado comparó a Trump con el rey bíblico persa Ciro II el Grande, quien liberó a los esclavos judíos retenidos en Babilonia y decretó la reconstrucción del templo en Jerusalén.
“Padre, te alabamos y te honramos, y te pedimos que él pueda ser el Ciro para traer la reafirmación, para traer cambios a esta nación, y que todas las naciones de la Tierra digan que Estados Unidos es la nación más grande del mundo” dijo Maldonado.
Trump expresó a los asistentes —entre los cuales había personas no religiosas— que estaba batallando en Washington por los cristianos y los judíos, y contra el aborto y otras políticas que dijo eran impulsadas por los demócratas. El presidente exhortó a la audiencia a inscribir más electores en las iglesias, a la vez que prometió combatir el antisemitismo y defender los valores cristianos.
“En Estados Unidos no veneramos al gobierno. Veneramos a Dios”, dijo Trump, y agregó: “Muy pronto tomaré medidas para salvaguardar el derecho que da la Primera Enmienda a los estudiantes y maestros para orar en nuestras escuelas”.
El mitin con los evangélicos ocurrió en un momento crucial para el presidente, quien el domingo regresa a Washington para hacer frente a un inminente juicio político, tensiones cada vez más caldeadas con Irán y una campaña de reelección que ya va a toda máquina.
Los demócratas y algunos líderes religiosos han acusado a Trump de ignorar la doctrina cristiana en la práctica de las políticas de su administración, que en diferentes momentos han incluido separar las familias de inmigrantes en la frontera con México y presionar por la revocación de Obamacare.
En una conferencia telefónica del Partido Demócrata de la Florida el viernes con reporteros, Doug Pagitt, un evangélico liberal de Minnesota, calificó el mitin del presidente el viernes de “la respuesta desesperada de Donald Trump a darse cuenta que está perdiendo su principal bloque de electores: los votantes de fe”.
“Perder siquiera el 5% de los electores de fe elimina sus probabilidades de reelección”, dijo Pagitt.
Trump ha tenido un buen desempeño entre los evangélicos blancos, con 80% del voto en 2016 y ahora con un apoyo firme de 75%, según una reciente encuesta CNN/SSRS. El presidente ha dado repetidos pasos para fortalecer su apoyo en ese grupo, como emitir órdenes ejecutivas relacionadas con la libertad religiosa, la creación de un grupo en la Casa Blanca para llegar a los cristianos y la nominación de jueces federales que cuentan con el apoyo de la derecha religiosa.
Sin embargo, en una demografía más amplia, los cristianos lo apoyan menos. Un estudio de Pew dado a conocer en marzo determinó que solamente 12% de los protestantes negros apoyan al presidente, y 26% en el caso de los católicos no blancos.
Pero en el mitin del viernes, una multitud diversa y en lo fundamental hispana, con gorras rojas y camisetas del movimiento Keep America Great aplaudieron al presidente mientras describía su apoyo a los hispanos. Y reaccionaron con más entusiasmo todavía cuando dijo que estaba luchando por acabar los gobiernos izquierdistas en Cuba y Venezuela, y más todavía cuando dijo que su administración está construyendo un muro en la frontera con México.
Regina González, quien se unió a la congregación de El Rey Jesús hace más de 10 años, asistió al acto para “apoyar al apóstol” Maldonado, quien dijo a su congregación antes del evento que todos “deben orar por el presidente, no importa quién sea”, dijo la mujer.
González, de 60 años y republicana, quien llegó a Estados Unidos de El Salvador con su familia cuando tenía 15 años, se quedó más tiempo del que le permitía su visa y dice que ahora tiene un estatus inmigratorio legal, y que las razones principales por las que apoya a Trump es por su postura contra el aborto y el matrimonio entre homosexuales.
Durante el discurso de Trump en El Rey Jesús, dijo que ha sido el presidente que más ha apoyado a los cristianos.
Los cristianos “nunca han tenido un campeón más grande —ni de cerca— que el que tienen ahora en la Casa Blanca. Miren el historial”, dijo. “Hemos hecho cosas que nadie pensó posibles. No solamente defendemos nuestros derechos constitucionales, también defendemos a la religión misma, que está bajo ataque”.
Trump afirmó que su administración se ha opuesto al cabildeo a favor del aborto, ha defendido los derechos de la Primera Enmienda de los cristianos en los recintos universitarios y promovido la oración en las escuelas. También dijo que “eliminó” la Enmienda Johnson, que prohíbe a organizaciones exentas de pagar impuestos, como las iglesias, apoyar u oponerse a candidatos políticos.