Blázquez, Osoro y Gil Tamayo, al frente de la “Conferencia Episcopal Española” (CEE), triunvirato de clérigos que defienden, sin fisuras, la doctrina de la Iglesia Católica (IC), evidentemente. Blázquez, además, ha formado y presidido la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe. Los tres se han manifestado en contra -de forma radical- de la libertad de conciencia de las mujeres para que éstas decidan sobre su maternidad y sobre su sexualidad y en contra, también, de las personas del mismo sexo que decidan contraer matrimonio -sólo a título de ejemplo. Poco se les ha escuchado sobre la condena a los clérigos pedófilos o sobre los niños y niñas robadas…
Sin embargo, los tres están a favor de que el dogma, la fe y la moral católica se imparta en los centros de enseñanza de forma exclusiva y excluyente, de que la Iglesia Católica no pague el IBI, de que la CEE, el proselitismo religioso y el clero se financien a través del impuesto de la renta (que es dinero de todos), de que la IC usurpe miles de bienes que son públicos -o de la ciudadanía-, incluida la Mezquita de Córdoba (en 2006). En la anterior presidencia de Blázquez (2005-2008) se produjo la usurpación de este bien Patrimonio de la Humanidad.
Blázquez de nuevo. Nada cambió en su anterior etapa. Quizá las “formas”, pero no el fondo. Y eso quizá sólo atañe a los fieles a su iglesia. ¿Qué esperar de este clérigo septuagenario? Por nuestra parte, como ciudadanas y ciudadanos (creyentes o no creyentes), nada en cuanto que desistan de mantener los enormes privilegios simbólicos, económicos, tributarios, políticos, jurídicos y en materia de Enseñanza y servicios sociales. Y de mantener, por supuesto, los inconstitucionales acuerdos con la Santa Sede y el Concordato franquista.
Los medios de comunicación “cantan” que es el “elegido” como más cercano a la “ideología renovadora” del Papa argentino. Puede ser. Quizá ¿Para cambiar las formas? Para adaptarse a un populismo que tan bien les ha ido en determinados momentos de la historia, desde León XIII. Por ejemplo: Jugar “a pelo y a lana”, estar “en misa y repicando”, “defender a los pobres y congraciarse con los ricos”. Esa es “la política” de la IC oficial en Europa y en América latina. ¿Qué más da? Cañizares, Blázquez, Rouco… si en el fondo defienden un dogma ancestral. Una enseñanza de ideario cristiano-católico. La financiación del clero por parte del Estado. Apoyan a las congregaciones y grupos integristas católicos, como el OPUS, Comunión y Liberación, kikos y tantos otros que les hacen el “trabajo sucio” para que ellos, desde los púlpitos, eleven loas en favor de los “más necesitados”, en ese doble juego maquiavélico que tanto apoyan una parte de los políticos y una parte, aunque cada vez más pequeña, de la sociedad porque cada vez está más secularizada.
No hacer predicciones. Esperar. Observar. Dentro de unos meses, de unos años… podemos valorar este nuevo momento de la CEE. ¿Los cambios?
[Francisco Delgado es presidente de Europa Laica]
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