Albert Riba (Barcelona, 1947) preside la Unión de Ateos y Librepensadores (UAL) y es miembro del colectivo de Ateos de Cataluña desde hace 15 años. Este funcionario de la Seguridad Social, de una oficina de Moncada i Reixach (Barcelona), desprende satisfacción tras el éxito de la idea importada de Londres para poner anuncios a favor del ateísmo en los autobuses. La campaña empezará hoy en Barcelona con dos vehículos (el 14 y el 41) que circularán un mes con este mensaje: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida".
Pregunta. ¿Por qué pensaron que la campaña de Londres podía cuajar también aquí?
Respuesta. Pensamos que había una necesidad objetiva de hablar del tema, de hacernos visibles. Que la gente tenía ganas de hablar del ateísmo ya fuera a favor o en contra. No nos ha sorprendido la buena acogida pero nos ha superado. Tenemos 3.000 simpatizantes aunque el núcleo activo es menor. En eso somos como la Iglesia Católica: muchos bautizados y pocos activos. Pensábamos reunir 6.000 euros, ya llevamos más del doble (13.000 ayer). La campaña se extenderá el día 26 a Madrid, Valencia y luego a Bilbao, Zaragoza y Sevilla.
P. ¿Por qué es incompatible creer y pasarlo bien?
R. Nuestra campaña está dirigida a quienes no creen para que piensen que hay mucha más gente como ellos. El mismo Obispo de Barcelona ya dijo que era compatible y no vamos a desmentirle. La nuestra no es una campaña dogmática. Es bueno que se sepa en el trabajo, en los bares, que uno es ateo y que se puede seguir siendo amigo y tomar copas sin que pase nada. En Madrid, con tantas manifestaciones políticas, la gente necesitaba algo así. En un futuro se notará esta diferencia. Estamos recibiendo donaciones de toda España: desde 3 a 550 euros [las donaciones se centralizan desde la web busateo.org]. Todo el mundo nos dice que tiene ganas de ver el autobús en Madrid, Guadalajara o en su pueblo. Esto cambiará la realidad social en España.
P. Grupos religiosos han anunciado campañas para contrarrestar la suya. El Vaticano dice que es una campaña estúpida. Hay creyentes ofendidos…
R. Nos gusta que nos copien las ideas. Y lo del Vaticano, no tenemos por costumbre insultar. Es poco cristiano. No hay tantos ofendidos; lo que pasa es que gritan mucho. Discrepar es bueno… Pero el memorial de agravios sería inacabable. La última víctima de la Inquisición fue en 1863 en Valencia. No hace 2.000 años, sino 153.
P. ¿Qué diría a quien piensa que es una campaña frívola y que mejor destinar el dinero a Gaza?
R. ¡Son sólo 13.000 euros! Renunciaremos si los cardenales invierten en Gaza los 18.000 euros que, según la prensa, se gasta cada uno en su ropa para asistir a la elección de Papa. ¿Qué hacen con el dinero que les da el Estado? Parte de él fue para pagar las indemnizaciones por pederastia de la Iglesia de Estados Unidos.