Las tensiones religiosas aumentaron el viernes en Francia cuando autoridades y residentes de un suburbio de París intentaron impedirle a musulmanes orar en la calle, a donde habían acudido por una escasez de mezquitas.
Nadie resultó lastimado en los incidentes en Clichy-la-Garenne, pero la tensión era palpable entre ambas partes en la disputa sobre lugares de oración en el poblado.
Con un cartel que decía «No más oraciones en la calle», el alcalde Remi Muzeau encabezó una protesta de unos 100 manifestantes en contra del uso de la plaza pública como mezquita. Los musulmanes han estado orando allí desde hace meses en protesta por el cierre de un espacio de oración.
Unas decenas de musulmanes trataron de todas maneras de orar allí, pero buscaron evitar una confrontación y se retiraron a un espacio más apartado, pero los manifestantes los acorralaron contra una pared cercana.
Mientras los musulmanes gritaban «¡Allahu akbar!» («Dios es grande» en árabe), los demás cantaron el himno nacional francés. Algunos esgrimían banderas francesas o crucifijos.
Entre el forcejeo fue destrozado un cartel que los musulmanes portaban y que decía «Unidos por la Gran Mezquita de Clichy».
La policía, armada con escudos, formó una barrera humana entre los dos grupos de manifestantes y los musulmanes al final desenrollaron sus alfombras sobre la calle, se quitaron los zapatos y celebraron su sesión de plegarias.
Al concluir el incidente, los musulmanes aplaudieron y el alcalde prometió regresar la semana entrante y lo mismo hicieron los fieles.
«Lo haremos todos los viernes de ser necesario», dijo Muzeau. «Debo garantizar la paz y la tranquilidad de los habitantes de mi ciudad. No podemos permitir que esto ocurra en nuestro país. Nuestro país, la República Francesa, ha quedado insultada».
La municipalidad dice que los musulmanes pueden orar en un nuevo centro cultural islámico que es usado por cientos de personas, pero algunos musulmanes dicen que ese lugar es muy pequeño, inseguro y que queda muy lejos.