Los autos de buen gobierno que prohíben la ingesta y venta de alcohol así como la participación de autoridades gubernamentales en los eventos religiosos de Semana Santa, vulnerarían el artículo 4 de la CPE, que define a Bolivia como un Estado laico desde 2009.
Con la llegada de la Semana Santa, en varias ciudades del país rige el auto de buen gobierno que decreta la prohibición de vender o ingerir bebidas alcohólicas y el funcionamiento de establecimientos nocturnos. La justificación de los gobiernos municipales es que estos días están destinados al regocijo espiritual.
El alcalde transitorio de La Paz, Omar Rocha, anunció que desde este jueves a las cero horas hasta el domingo 5 rige el auto de buen gobierno y que además la alcaldía estará presente en todas las actividades que se celebren con motivo de la festividad religiosa.La banda municipal está convocada para acompañar la procesión.
Del mismo modo en la ciudad de Santa Cruz, las autoridades municipales han dispuesto que desde este jueves hasta el sábado los cruceños tengan las mismas prohibiciones de venta o ingesta de bebidas alcohólicas y de apertura de establecimientos nocturnos. Para asegurar el cumplimiento de la norma, incluso se ha promulgado una ley, la 034/2015, que estipula una multa de tres salarios mínimos y el cierre temporal de la actividad comercial como sanción para los que no respeten el auto.
¿Vulneración de la Constitución?
Desde la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado en 2009, Bolivia es un Estado laico, y según su artículo 4, “el Estado respeta y garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales, de acuerdo con sus cosmovisiones. El Estado es independiente de la religión.”
Esto quiere decir que las autoridades políticas no deben adherirse públicamente a ninguna religión determinada y las creencias religiosas tampoco pueden influir sobre la política nacional. Teniendo en cuenta lo recogido en la Carta Magna, la participación u organización del Gobierno en ceremonias religiosas o ancestrales sería una vulneración a la misma.
Para el Pastor General de Ekklesía, Alberto Salcedo, la separación de Estado e Iglesia “no se cumple en absoluto desde el momento en que se celebra la toma de posesión del presidente de gobierno en Tiahuanaku con una ceremonia espiritual aymara, financiada con el dinero de todos los bolivianos”..
Entre algunas vulneraciones de la Constitución que se estarían cometiendo, según el Pastor Salcedo, serían la utilización de imágenes religiosas en las sedes de instituciones públicas, la determinación de días feriados religiosos como la Semana Santa o el Corpus Cristi, y la declaración de auto de buen gobierno en algunas ciudades durante estas fiestas.
El Padre Antonio Delgado, párroco de la Iglesia Santiago Apóstol de Achocalla, afirmó que “la sociedad boliviana se declara creyente y un 80% es católica, por lo que este tipo de medidas de prohibición de venta e ingesta de alcohol están justificadas ya que buscan el respeto de la sociedad en días festivos como estos”, con los que puntualizó se identifica una mayoría de población.
Cada año, cientos de peregrinos salen de la extranca de San Roque en la ciudad de El Alto y caminan sobre la carretera a Copacabana para llegar hasta el Santuario de la Virgen de esa misma localidad con pedidos y promesas. “Si normalmente hay accidentes en esa carretera, ¿cómo sería el problema estos días que hay tanta gente caminando si se permitiera beber alcohol?”, se pregunta Delgado.
Cultura vs. religión
Para sociedades como la boliviana, donde más de un 70% de la población se declara católica, festividades religiosas como la Semana Santa o la Navidad tienen un componente cultural importante, que las convierte a su vez en eventos sociales para compartir con amigos y familia o en días de descanso y turismo.
“Lo que está claro es que la fe es parte de la vida en todas sus dimensiones sociales y culturales. El hecho de que el Estado no se declare de una religión concreta no es motivo para que se dejen de tomar algunas medidas que garanticen la seguridad de todos y todas”, opina el Padre Delgado que se reafirma en su respaldo a las decisiones como el auto de buen gobierno y que además recalca el peso de la iglesia católica en el país. “Solo en La Paz y El Alto atiende a más de 12.000 personas que se benefician de programas sociales en los que invierte 200.000 dólares anuales”.
Para otros como el pastor Salcedo, que se prohíba el consumo de alcohol no tiene nada que ver con lo espiritual y menos con lo cultural. Salcedo critica “que al gobierno cuando le conviene, llama espiritual a lo cultural y viceversa”.