El gobierno de los talibanes rechazó este domingo el informe anual de Estados Unidos sobre la libertad religiosa en el mundo, en donde el país norteamericano muestra su preocupación por el deterioro del estado de las minorías religiosas en Afganistán desde la llegada al poder de los fundamentalistas.
“Todos los derechos de las minorías religiosas están protegidos en Afganistán. El informe del Departamento de Estado de EE.UU. está incompleto y se basa en información incorrecta”, afirmó en Twitter el principal portavoz de los talibanes, Zabiullah Mujahid.
Las declaraciones del portavoz talibán se producen después de que el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, denunciara el pasado jueves las persecuciones contra minorías religiosas en Afganistán durante la presentación del informe.
Según Blinken, la libertad religiosa en Afganistán “se ha deteriorado dramáticamente” desde que los talibanes tomaron el poder el año pasado tras la retirada de EE.UU., dado que se ha limitado el acceso de las mujeres a la educación y al trabajo.
En este sentido, Mujahid mostró su rechazo hacia las acusaciones de EE.UU. y destacó que en Afganistán se respetan y todas las minorías y religiones que cohabitan en el país.
“Todos nuestros compatriotas suníes, chiíes, sijs e hindúes practican su religión libremente” en Afganistán, sentenció.
Pese a que los talibanes alegaron en varias ocasiones que el estado de seguridad en el país mejoró con su llegada al poder el pasado 15 de agosto, los ataques terroristas, perpetrados en su mayoría por el Estado Islámico (EI) hacia la minoría chií hazara, se siguen produciendo con frecuencia en el país.
En materia de derechos humanos, el país han vivido un fuerte retroceso, sobre todo en el caso de las mujeres, que han visto cómo los fundamentalistas incumplían sucesivamente sus promesas e iban imponiendo más restricciones.
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Los islamistas han impuesto a las mujeres el uso de vestimentas que las cubran por completo como el burka, limitado el acceso a los puestos de trabajo salvo en contadas excepciones como el sector sanitario, la necesidad de viajar acompañadas de un varón de la familia o el cierre de las escuelas a las estudiantes de secundaria.
Sin embargo los talibanes insisten en que muchas de estas limitaciones son temporales, a la espera de que encuentren el modo de que la mujer pueda por ejemplo acudir a la escuela o al trabajo en el marco de ley islámica y la cultura afgana, que según los islamistas rechaza el contacto general entre hombres y mujeres.