El arzobispo de Filadelfia (Pensilvania, EE UU), Justin Rigali, ha decidido suspender de sus funciones a 21 sacerdotes después de que sus nombres figuren en una investigación judicial por presuntos abusos sexuales a menores u otro tipo de comportamientos inapropiados con niños y adolescentes en el seno de la Archidiócesis de esa ciudad, informa hoy el diario The New York Times.
La decisión llega un mes después de que se conociera el informe elaborado por un gran jurado (órgano que analiza los casos presentados por los fiscales para determinar si hay pruebas suficientes para llevarlos a juicio), según el cual la Archidiócesis de Filadelfia ocultó numerosos casos de pederastia que se produjeron durante décadas tras sus muros. Prueba de ello era que 37 curas permanecían aún en sus puestos, y en contacto con niños y adolescentes, pese a las "sólidas evidencias de haber abusado" de menores. Mientras que 21 han sido apartados, ocho siguen en activo por considerarse que no están justificadas las acusaciones y el resto ya ha abandonado la Archidiócesis o ha sido reubicado en puestos administrativos.
"Estas suspensiones no son condenas o juicios definitivos, sino solamente medidas provisionales mientras dura la investigación", ha señalado en un comunicado Rigali, que ha mostrado sus "profundas disculpas" por lo ocurrido. La suspensión de los 21 curas deja en entredicho al cardenal, de 75 años, quien, en respuesta al informe judicial, conocido el 10 de febrero, aseguró que ninguno de los religiosos citados en el documento estaba en activo. A los pocos días, colocó a tres de ellos en tareas administrativas.
La Archidiócesis de Filadelfia es la sexta más importante de Estados Unidos, con 1,5 millones de fieles. El escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia de Filadelfia se suma al resto que vienen sacudiendo a la institución desde hace meses en todo el mundo, en especial en Austria, Bélgica, Irlanda, Alemania y Estados Unidos.
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