El país helvético se vuelca con actividades en recuerdo de la publicación de las tesis de Lutero
El 31 de octubre de 1517 Martin Lutero hacia públicas en Wittenberg sus hoy celebres 95 tesis que dieron origen a la Reforma Protestante que iba a cambiar la faz de Europa para siempre, haciendo entrar al continente de forma definitiva en la modernidad. Pero ya en fecha tan temprana como 1520, Juan Calvino en Ginebra y Ulrich Zwingli en Zúrich hicieron suyas las ideas de la Reforma, uniendo de forma indeleble a Suiza con el naciente movimiento religioso, que cuajó rápidamente también en ciudades como Berna y Basilea. Esta efemérides es la que los medios del país alpino recuerdan estos días con una amplia cobertura, ya que las celebraciones van a durar todo el año.
Aunque el grueso de las festividades pasen por Alemania, la ciudad de Ginebra —conocida como “la Roma protestante”— ha decidido, entre otras actividades, mandar un autobús didáctico “al encuentro de los ciudadanos”. Esta curiosa iniciativa va a llevar a un camión de 33 toneladas a visitar 67 ciudades en 19 países de Europa culminando su periplo en Wittenberg, cuna de la Reforma. El vehículo presentará la historia del protestantismo a través de diversos recursos multimedia y planteará un “diálogo interreligioso e intercultural”. De hecho, Ginebra es la sede del Consejo Ecuménico de las Iglesias, de la Catedral de San Pedro (sede calvinista) y del museo internacional de la Reforma, razones que justifican que el “año del protestantismo” haya comenzado en sus calles.
Aunque no todo son celebraciones, según la Oficina Federal de Estadísticas, los protestantes no son ya mayoritarios en el país que dio a luz al calvinismo. La primera religión de Suiza es hoy el catolicismo (38 %), (debido en gran parte a la inmigración de países como Italia, Portugal o España), seguida del protestantismo (26 %) y el islam, con el 5 %. Aunque la influencia de la moral calvinista y su marcado gusto por la discreción, la independencia, el trabajo duro y la modestia han marcado profundamente hasta nuestros días el carácter nacional helvético.