Una investigación encabezada por Enrique Gervilla, catedrático de Teoría e Historia de la Educación de Granada, ha puesto de manifiesto que la Iglesia, como institución, supone hoy un impedimento para que muchos jóvenes se acerquen a Dios, pese a que esa haya sido su función primordial y única.
Investigadores del Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada, dentro del grupo «Valores Emergentes, Educación Social y Políticas Educativas», han llevado a cabo el estudio entre los meses de mayo y junio de 2017 en todas las universidades de Andalucía.
Para ello, se ha hecho un muestreo probabilístico por conglomerados seleccionando en las Facultades de Educación Pública andaluza a grupos de primero del Grado de Educación Primaria, que tienen un «efecto multiplicador» ya que, al ser los educadores del futuro, podrán transmitir sus actitudes, creencias y valores.
La alta estimación de los valores afectivos, morales e individuales manifiesta una juventud con una gran personalidad y muy preocupada por la justicia, la humanización y las relaciones cordiales y afectivas.
Los valores ecológicos, corporales y sociales, también con valores superiores a la media, revelan la importancia que otorgan los futuros educadores a la ecología, a la salud y a las relaciones y problemas sociales.
La puntuación de los valores instrumentales, estéticos e intelectuales, inferiores a la media, ponen de manifiesto unos jóvenes poco materialistas, poco interesados en el arte y la belleza.
Los valores políticos y religiosos, los últimos de la jerarquía, y a bastante distancia de los anteriores, sobre todo el valor religioso, muestran la despreocupación de los jóvenes por la política, y la indiferencia y rechazo a las cuestiones religiosas.
Entre las conclusiones y sugerencias, la investigación ha puesto de manifiesto que la «descristianización» de la sociedad es un hecho evidente, y de modo progresivo, en todas las capas sociales.
Los jóvenes, desde hace años, se encuentran alejados de la Iglesia y, actualmente, la religión para muchos de ellos ocupa los últimos lugares en una escala de valoración de las cosas importantes de la vida (16%), y ya sólo un 40% se define como católico.
Gervilla ha explicado a Efe que «lo grave y hasta escandaloso» es que la Iglesia, como institución, sea ahora un elemento más de colaboración en esta «descristianización» de la sociedad española.
Se trata por tanto de una contradicción con su misión evangélica, pues no sólo no contribuye a que los jóvenes encuentren a Dios, sino que es un obstáculo para muchos de ellos.
Además, las personas más visibles de la institución, caso de sacerdotes, monjas u obispos, son «puentes rotos o piedras» en las que tropiezan muchos jóvenes para llegar a Dios.
A partir de estos resultados, el estudio señala que los colegios de la Iglesia y las clases de religión necesitan entre otras cuestiones una reforma urgente puesto que hay que «educar de otra manera».