En Estados Unidos existen más de veinticinco comunidades religiosas que creen en la curación por la fe. Entre sus dogmas, sólo la oración y el Señor pueden curar. Ni en caso de urgencia vital pueden acudir a la medicina. Está absolutamente prohibido. Se estima que son un millón de adeptos los que siguen a pies juntillas el rechazo de la medicina para ellos y para sus hijos y los responsables, en última instancia de la muerte de miles de niños, privados de cuidados médicos.
El debate sobre la libertad de culto y sus dramáticas consecuencias está abierto en Estados Unidos. Enfrentados, los republicanos a favor de la libertad religiosa y los demócratas, luchando para conseguir una ley que obligue a estos padres a procurar tratamientos médicos a sus hijos. Por el momento, sólo siete estados permiten denunciar a los seguidores de la Sanación por la Fe, mientras cada año siguen muriendo niños en nombre de la religión.
Contenido disponible hasta el 13 de febrero de 2019
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