El debate mantenido en España, y que actualmente está vivo en Francia, sobre el derecho al matrimonio igualitario: homosexual, gay, lesbianas… a cuyo reconocimiento gubernamental la Iglesia -y la derecha- se oponen radicalmente, como ya nos ocurrió con la ley del divorcio, permite profundizar en una reflexión sobre las características diferenciales de estas actos en su sentido propio y de su finalidad, y de sus sujetos y actores y el marco de referencia en cada institución de diferente estamento . Y la conclusión que se deduce es la demostración de que son cosas distintas. El matrimonio cívico es otra cosa que los actos matrimoniales de la Iglesia Católica. Distinto, como lo son el Estado y la Iglesia; como lo son sus ámbitos de conceptualización, de actuación y de gobierno.

Los matrimonios cívicos son OTRA COSA  que los religiosos. Son un modo (la forma cívica) de entender la formalización y la finalidad de la convivencia sexual y de familia (artículo de Catherine Kintzler). Distinto de la forma de entender y actuar de la comunidad particular religiosa católica, cuyos miembros no están obligados a aprovechar los beneficios de esta ley general.

Esta otra forma de comprensión sobre los sujetos y los ámbitos es la que se debe aplicar igualmente a los otros actos cívicos de ritos de paso, puestos en vigor ahora en los ayuntamientos, tras el desvelamiento de la vida social que ha producido la secularización de la vida oficial y de las costumbres.

La celebración ceremonial de nacimientos, matrimonios, defunciones, mayoría de edad… que se viene haciendo en los Ayuntamientos son manifestaciones de la vida social entendida como comunidad cívica. En ningún caso, aunque por secuencia en el tiempo y en la demanda por carencia pueda parecerlo, son copia o sustitución de los eclesiásticos.

Estos son símbolos de convivencia cívica general, despejada de la ocupación invasiva absoluta ritual por la Iglesia Católica -que sin embargo es particular-.

            Son comunidades distintas que celebran situaciones humanas universales, cada una según su sentido y filosofía de la humanidad y del tipo de comunidad a la que representan.