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“Si diferenciamos yihadismo de Islam ganaremos esta guerra ideológica”

Jofre Montoto, experto en la materia, propone una asignatura sobre la historia y la cultura de las religiones en todas las escuelas para combatir el riesgo de la estigmatización

Licenciado en Antropología y Periodismo, Jofre Montoto se ha especializado en el estudio del yihadismo, una ideología totalitaria caracterizada por la violencia y el odio a Occidente.

Apuesta por combatirla por tres vías: la militar, la policial y la ideológica. Más educación y más respeto hacia la diversidad religiosa y menos superioridad moral de Occidente, que en demasiadas ocasiones ha pretendido imponer su democracia al mundo musulmán. El fenómeno está en auge y la ausencia de un perfil único dificulta la persecución policial. Las administraciones parecen mirar hacia otro lado y los ciudadanos europeos todavía tratan de asimilar una violencia tan explícita.

¿Cómo definiría el yihadismo?

Es una ideología política totalitaria cuya intención es el dominio global para aplicar la visión ultraortodoxa y politizada del Islam, tal y como ellos lo entienden, que no es el tradicional ni el ortodoxo. En cuanto al ortodoxo, puede ser un Islam poco evolucionado, se supone que es el que más se acerca a la norma islámica, a la norma coránica, pero no hay uno, no es el mismo en Arabia Saudita que en el Pakistán, aunque en el último siglo se hayan aproximado. Todos los ortodoxos no están exactamente de acuerdo con lo mismo, estamos hablando de una religión de mil millones de personas con más de mil años de tradición. El yihadismo politiza eso y le da un sentido del siglo XX, de gobierno totalitario, sin admitir ningún tipo de disensión interna ni de convivencia con ninguna otra fe. Lo rechaza todo. La gran innovación que hace, lo que le diferencia del islamismo político, incluso del más radical, es la doctrina del Takfir, establecida por el egipcio Said Qutb a principios de los 60, cuando estaba en las prisiones de Nasser. Según esta doctrina, todo aquel que no siga una vida musulmana estricta no es musulmán.

¿Y qué entendemos por estricta?

La adhesión total a la norma: rezar cinco veces al día, no beber alcohol, tener una conducta personal muy ética dentro del Islam… En el Islam tradicional, incluso en el político, un musulmán que no rece cinco veces al día puede ser un mal musulmán pero no deja de serlo. Según el Takfir, como es un mal musulmán, es un no musulmán, es excomulgado y cuando excomulgas a alguien, puedes matarle.

¿Tienen una gran fobia europeísta?

Sí, en gran medida el yihadismo es un movimiento antimodernista y totalitario en la línea de lo que fueron en su día los totalitarismos europeos. Por ejemplo, el fascismo italiano por un lado daba apoyo a las innovaciones técnicas pero por el otro reivindicaba un pasado épico inventado, era expansivo, imperialista.

¿Se parece al nazismo y al franquismo?

Sí. Conocemos tres totalitarismos: el fascismo, el nazismo y el comunismo, con su versión soviética de la época, sobre todo en la era estalinista, pero son movimientos occidentales, de raíz judeocristiana. Y en el mundo musulmán ha surgido uno propio, casi un siglo más tarde porque su realidad histórica, social y política es otra, pero va en la misma línea: un control absoluto de la sociedad, hasta el punto que se carga todo aquel que se aparte de la norma y piense diferente. Y la expansión siempre es violenta. Es una expansión global imperialista, llegar y mantener el poder por medios violentos.

¿Es más violento que los totalitarismos europeos?

No, lo que pasa es que nos sorprende más. Quizás porque no han llegado a gobernar en un Estado moderno y no han alcanzado los niveles del nazismo o el estalinismo, pero el tipo de propaganda y de atentados contra civiles sí que son nuevos. Los totalitarismos occidentales pretendían convencer, el yihadismo sí quiere convencer a los musulmanes pero no a cristianos o judíos para que se conviertan, su lema es: ‘o te conviertes o te mato’, no hay más.

¿No existe respeto por otras religiones?

Es un respeto teórico pero que a la práctica no existe, allí donde llega Isis no respeta las minorías, llega y las extermina todas.

¿Tiene datos de simpatizantes del yihadismo y de las víctimas causadas?

Las víctimas son centenares de miles, calcular los simpatizantes es más complicado porque el yihadismo lleva veinte años de expansión y no tiene pinta que deje de crecer. Todo movimiento político violento necesita un calor sociológico y si el yihadismo crece es porque, aunque no se le dé un apoyo directo, sí hay una parte de la población musulmana que como mínimo no es contraria o genera una parte de comprensión o simpatía hacia el movimiento. Sucedió algo similar en la Alemania nazi: cuando el nazismo cargó contra el Tratado de Versalles y habló de recuperar el patriotismo y la gran Alemania y dio muestras de violencia y judeofobia, estos elementos ya estaban dentro de la mayoría de la sociedad alemana, incluso cuando se presentó como anticomunista una parte de la sociedad alemana ya lo ‘compró’, los conservadores prefirieron pactar con los nazis para frenar los comunistas antes que tener el peligro comunista en la puerta de casa. En el mundo musulmán, aunque no se comparta todo lo que hace el yihadismo, el hecho de ser capaz de enfrentarse directamente a Occidente y pensar que los musulmanes ya no son los últimos, los atrasados y los vencidos sino que pueden volver a ser importantes, fuertes y a dar miedo… cuando alguien viene y te dice que si fueras un buen musulmán todos los musulmanes volverían a ser como en aquellos tiempos, es un mensaje muy cautivador, sobre todo si están o se sienten humillados y vencidos, no tanto a nivel económico sino a nivel cultural.

¿Hasta qué punto el yihadismo se retroalimenta del odio a Occidente?

El odio a Occidente es una bandera que engancha, sobre todo en los países que han sido colonizados y también hay la parte del odio hacia quien tiene el poder. Por otro lado les prometen un paraíso terrenal. La gran diferencia del yihadismo es que lo hace a través de una violencia muy fuerte, los vídeos de decapitación son algo absolutamente nuevo en la era contemporánea, no los hacen sólo para asustar al enemigo sino que les sirve para reclutar gente. Los nazis o los fascistas, que eran violentos y daban palizas, normalmente no las grababan ni las pasaban en los cines. Incluso el extermino de los judíos fue relativamente secreto pero el yihadismo hace una exhibición pornográfica de la violencia y le funciona, esto es lo que nos sorprende porque todavía estamos intentando asimilarlo.

¿Qué países están en su punto de mira como objetivos prioritarios?

Estados Unidos e Israel, pese a que contra Israel no han hecho casi nada, esto tiene unas raíces más antiguas. No deja de ser curioso que ataquen a judíos en Europa pero en cambio sólo se haya producido un atentado que se pueda considerar yihadista en Israel. La explicación es que a Hamas y la OLP no les interesa que los yihadistas se les metan en casa. El gran Satán son los Estados Unidos, no sólo porque son la primera potencia mundial y occidental sino porque es un país que ha tenido una serie de intervenciones poco felices en el Oriente Medio y en el mundo árabe-musulmán en general. Al principio el yihadismo pensó que si en Afganistán había derrotado a la Unión Soviética, a la que veían como más fuerte que los Estados Unidos, sería más fácil ganar a los norteamericanos, pero es un análisis falso porque sin la ayuda de los Estados Unidos nunca hubieran derrotado la Unión Soviética, se autoengañaron pero esto ha cambiado. La gran estrategia global es clara: si doblegas los Estados Unidos, ya tienes el mundo, y si atacas objetivos norteamericanos tienes mucha repercusión mediática. Eso no quiere decir que el resto de los países occidentales no estemos en peligro.

Jean-Pierre Filiu, experto en la materia, dijo hace poco que el riesgo de atentados en Europa “es inminente”. ¿Es cierto o exagera?

Es cierto desde hace veinte años. ¿Es para estar preocupado? Tanto como si subes a un avión y el piloto se vuelve loco. Hay un alto riesgo de atentado, pero cuando ETA actuaba la gente iba de vacaciones al País Vasco igual que ahora.

¿Se puede establecer un modus operandi de los yihadistas?

Depende de dónde estén y de su grado de implicación. No es lo mismo el que está en Siria que supongo que su día a día será pegar tiros en el frente, que uno que está constituyendo una célula de apoyo económico en una ciudad europea en la que hay que desapercibido, o uno que está montando una célula operativa y quiere pasar a atentar. No hay un patrón fijo. Eso es lo que me encuentro en los cursos que imparto a policías, me piden un perfil para saber a quién persiguen y el problema es que no existe un único perfil. En el sur de Europa tienen un perfil más de norteafricano joven, muchas veces exdelincuente, que ha hecho un viaje a un escenario de conflicto y ha vuelto, en el Reino Unido eran más indo-pakistaníes con viaje de ida y vuelta pero había universitarios… detuvieron una célula en Catalunya y había muchos conversos y en Barcelona eran paquistaníes y todos trabajaban, no eran delincuentes…

Ni tampoco tienen un patrón físico…

No, te encuentras de todo, por ejemplo en la célula del 11-S había Mohamed Ata, que vestía al estilo occidental pero que era muy recatado y rezaba en el trabajo y había un ingeniero que bebía alcohol e incluso vivía con una chica. Te puedes encontrar desde profesores de instituto en el Reino Unido hasta delincuentes comunes, en el Estado español tienes a alguien como El Chino del 11-S, un exdelincuente asesino y traficante de drogas que tenía una pareja toxicómana, pero también el jefe de una carnicería en el Raval, un hombre de más de 50 años que había llevado un oratorio. No tienes un único perfil.

¿Donde está más establecido el yihadismo?

En el mundo árabe-musulmán es más fuerte en escenarios de conflictos abiertos: Somalia, Yemen, Afganistán, Pakistán, el Sáhel, donde hay una intervención militar occidental desde hace casi tres años dirigida por Francia y en la que también está España pero que no sale en los medios; Nigeria, con Boko Haram en crecimiento; el Sinaí, otro sitio que no aparece nunca en los medios, el Cáucaso, otro gran desconocido porque los rusos mantienen la apagada informativa pero lo poco que nos llega es muy duro; el sur de las Filipinas y Indonesia. Y tenemos atentados y detenciones en Australia, Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Reino Unido, Italia…

¿El yihadismo tiene alguna vinculación con el 11-S y el 11-M?

Sí, claro, es ideológica, es golpear al gran Satán y hacerlo de manera simbólica, ellos no se esperaban que las torres gemelas cayeran pero simbólicamente les dio a entender que podían derribar a los Estados Unidos y eso a Al-Qaeda le funcionó muy bien, fue un éxito mediático brutal. Hoy en día, asesinar a un dibujante del Charlie Hebdo es un ataque a la libertad de expresión, escondido tras el respeto a la figura del profeta y les ha salido bien, porque mucha gente ya está reflexionando sobre si eso se debería hacer y estamos yendo hacia atrás, yo nunca haría esas caricaturas pero siempre defenderé el derecho a que se hagan. El tema simbólico es importante, por eso Isis es una evolución estratégica, que no ideológica de Al-Qaeda. Al margen de aspectos organizativos, el tema ideológico es el mismo, y cómo usan la propaganda, porque con esos vídeos tan de videojuego y de Hollywood, Isis tiene muy claro a quién va dirigido su mensaje: a los adolescentes.

¿Hasta qué punto está enraizado en España y Catalunya?

Atendiendo al nombre de detenciones, no sólo está enraizado sino que hay relevo generacional, que es peor. Cuando se detuvo la célula de Al Qaeda en España, eran casi todos inmigrantes que llevaban unos 20 años en el Estado español, gente integrada, casada en algunos casos con españolas, pero todos pasaban de los 40 años. De ahí surgieron células más pequeñas como la del 11-M, gente más joven que ya no tenía un pasado de militancia islamista como tenían Abul Dada, que habían sido miembros de los hermanos musulmanes en Siria, era gente que venía de la delincuencia comuna o jóvenes marginales, aunque también había algún universitario. A partir de aquí hemos encontrado de todo, pero en las últimas detenciones en Catalunya había un alto número de conversos y gente muy joven, lo cual significa relevo generacional y social.

¿En qué ciudades se han hecho más fuertes?

En Madrid y Barcelona, pero también se han hecho detenciones en Granada, Bilbao, País Valencià y Murcia. En Catalunya se han detenido personas en Lleida, Terrassa, Sabadell, Girona, Tortosa, Reus… Madrid y Barcelona son ciudades de nivel internacional con una gran diversidad cultural en las que es más fácil pasar desapercibido.

¿La crisis económica favorece la conversión o no es algo relevante?

Es complejo, yo más bien hablaría de una crisis de valores en Occidente. Y ha caído el mito según el cual otro mundo podía ser mejor. Hay otra cuestión: las ideologías totalitarias te dan el mundo hecho, tú no tienes que preocuparte de cómo será, será perfecto, te ordena mucho la vida.

El riesgo es estigmatizar todo el islamismo y la comunidad musulmana. ¿Cómo se puede combatir esa estigmatización?

Eso podemos hacerlo cada uno de nosotros, pero no lo haremos si no tenemos formación. Ante el gran fenómeno migratorio de diferentes culturas, las administraciones no se han preocupado suficientemente por educar a la gente en la aceptación de la diferencia y en enseñarnos a entendernos. No podemos negar que los grandes traslados de poblaciones de diferentes culturas provocan problemas de convivencia. En general la administración ha mirado hacia otro lado y además hay un evidente mensaje xenófobo en determinados partidos. Propongo combatir el yihadismo en tres frentes: en el militar donde sea necesario, en el policial, cuando encontremos fenómenos de violencia, pero sobre todo el social, porque esa es una guerra ideológica y sólo la ganaremos ideológicamente y para ello la gente tiene que entender que el Islam y el yihadismo son cosas distintas. Porque si no somos capaces de convivir las mismas religiones y culturas en el ámbito europeo, les estamos dando la razón a los yihadistas de que hay que ir a la guerra.

¿Les podremos convencer?

Hay que intentarlo, a Isis no les pararás con el diálogo, pero antes que utilizar la policía sería más fácil hacer planes de prevención de la radicalización para los jóvenes que se sientan atraídos por este mensaje. Se ha demostrado que existe gente que, cuando ve por la calle a personas con barba y chilaba y una bolsa, ya se asusta, si no intervenimos podemos acabar cayendo en lo que quiere el yihadismo, que es separar las dos comunidades y enfrentarlas. Hay políticas irresponsables y xenófobas pero también hay otras que esconden la cabeza debajo del ala. En Francia existe un teléfono en el que si alguien detecta que, por ejemplo, su hijo se pasa el día ante el ordenador mirando videos yihadistas, puede pedir ayuda, y la ayuda no es que los Geos entren por la ventana y detengan el niño sino que venga un mediador social. Todas estas medidas ya están inventadas, ya sé que cuestan dinero pero…

¿Falta voluntad?

Exacto, pongámonos a ello, cada vez que evitamos que un niño haga el paso, le salvamos la vida y estamos mejorando la sociedad. Una chica me explicaba que su hermano adolescente y sus amigos miran esos videos, están preocupadas pero no saben qué hacer. Pueden llamar al asistente social del ayuntamiento, que puede no estar preparado, pueden llamar a la policía pero la intervención policial puede ser mucho peor.

¿Cómo se puede encontrar el equilibrio entre el relajamiento y la paranoia?

Es muy complicado, porque depende de cuán madura sea la sociedad. Por ejemplo, pienso que la sociedad catalana, con el grado de inmigración que tiene, está siendo muy madura y responsable: hay muy pocos ataques contra la comunidad musulmana y las formaciones xenófobas están bastante estancadas. Pero pongamos las herramientas para que esto continúe así.

¿Qué le parecieron las declaraciones del Ministro de Interior en las que vinculaba el yihadismo con el proceso independentista catalán?

Una burda manipulación política que le ha llevado a hacer el ridículo a nivel internacional, parece que el ministro trabaje para la ANC. Toda la gente que vive en Catalunya, sea soberanista o no, sabe perfectamente lo que hay y lo que dijo es una tontería mediática.

Dirigida al mismo espectro ideológico que también le ‘compra’ y aplaude la comparación con el nazismo…

A votantes sobre todo de fuera de Catalunya para ganar votos en un momento en el que su partido está retrocediendo. Esto hace daño a su partido a corto plazo, a la lucha antiterrorista y al nombre de España a nivel internacional.

¿Se puede concluir que el Islam choca con la democracia?

No. La tradición ortodoxa cristiana tampoco coincide con la legalidad democrática, mira la situación de la mujer en la tradición ortodoxa cristiana. Todo depende del choque, de la evolución del hecho religioso en cada sitio. En Europa nos hemos marcado los tiempos evolutivos entre la religión, en este caso el cristianismo, y las libertades, mientras que en el mundo islámico-musulmán no sólo no se los han marcado ellos sino que se los hemos marcado nosotros, hasta el punto que la democracia se ve como una agresión a sus formas de vida tradicionales. Su pensamiento es: ‘si lo que yo he vivido toda la vida es eso y ahora me vienes y bajo la palabra ‘libertad’ me lo giras todo, yo me opongo a eso’. Lo que en Europa nos ha costado mil años conseguir, pretendemos que ellos lo consigan en 50, no es posible.

¿Y es posible que de aquí a mil años lo asuman?

Eso debe tener su evolución natural, hay quien dice que el Islam necesita su Ilustración. La Ilustración es un principio humano universal y que de la misma manera que yo, europeo, uso números creados por los árabes, ellos utilizarán cosas creadas por los europeos. Los valores deben ser universales pero es muy fácil para un europeo decir que sus valores son universales porque saldrá otro y dirá que los suyos lo son. Entiendo que las sociedades tienden, en general, a mayores cuotas de libertad, de vez en cuando se dan pasos atrás pero de forma genérica pienso que el mundo evoluciona así, soy optimista. Pese a que con el yihadismo hagan un paso atrás en algún momento en las sociedades musulmanas habrá una reacción, llámale progresista o liberal.

¿Entonces debemos esperar que se den cuenta de la idoneidad de estos valores o debemos vendérselos de una manera menos agresiva?

Ni se deben dar cuenta ni se los hemos de vender, ellos deben hacer su propia evolución y nosotros no debemos putearles en este camino.

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