UNICEF ha denunciado la sentencia, aplicada en base a la sharia (ley islámica), a un niño de 13 años al que un tribunal en Nigeria ha condenado a 10 años de “trabajos serviles” por blasfemar en el transcurso de una discusión con otro niño. Según recoge CNN, los abogados no tuvieron acceso al condenado y supieron de su caso porque su fallo coincidió con el de otro defendido. Han presentando un recurso.
Omar Farouq reside en el estado de Kano, al noroeste de Nigeria, y su condena ha despertado las críticas de los defensores de los derechos del menor urgiendo a un cambio en el país para protegerles de situaciones como a la que ha tenido que hacer este niño de 13 años al que han acusado y condenado por usar lenguaje soez.
La sentencia se produjo el pasado 10 de agosto en el mismo tribunal en el que también fue condenado a muerte Yahaya Sharif-Aminu, acusado de blasfemar contra el profeta Mahoma. Fue trabajando en este caso cuando tropezaron con el fallo que ahora denuncian por violar, aseguran, la Carta Africana de los Derechos y el Bienestar del Niño y la constitución del país.
Así lo ha declarado el abogado de Farouq, Kola Alapinni, quien ha comentado a CNN que presentó un recurso de apelación el pasado 7 de septiembre y que ni él ni ninguno de sus compañeros ha podido acceder a su defendido.
“Descubrimos que fueron condenados el mismo día, por el mismo juez, en el mismo tribunal, por blasfemia y descubrimos que nadie hablaba de Omar, por lo que tuvimos que actuar rápidamente para presentar una apelación en su nombre. La blasfemia no está reconocida por la ley nigeriana. Es incompatible con la constitución de Nigeria”, ha sentenciado el letrado, quien señala el miedo de la población a hablar en casos como este por “temor de represalias”.
Por su parte, UNICEF ha publicado este miércoles un comunicado para mostrar su “preocupación” por lo ocurrido. Peter Hawkins, representante de dicha organización en Nigeria, en declaraciones a CNN, ha manifestado que “la sentencia de este niño, Omar Farouk, de 13 años, a 10 años de prisión con trabajos serviles es incorrecta” además de que va en contra de “todos los principios básicos subyacentes de los derechos del niño y la justicia infantil que Nigeria, y por ende, el estado de Kano, ha firmado”.
Como apuntan en la cadena norteamericana, en Kano se aplican, como en tantos otros estados de Nigeria, tanto la sharia como la secular, provocando que se den sentencias como las de Sharif-Aminu y Farouq. Desde la esta entidad internacional que vela por los derechos y el bienestar de la infancia han pedido al gobierno tanto local como nacional que anulen la sentencia contra el menor.
Hawkins ha añadido que este caso por de manifiesto “aún más la necesidad urgente de acelerar la promulgación del proyecto de ley de protección de la infancia del estado de Kano para garantizar que todos los niños menores de 18 años, incluido Omar Farouq, estén protegidos y que todos los niños de Kano sean tratados de acuerdo con las normas de derechos del niño”.