'Defiendo la laicidad (del Estado francés), que es uno de los principios fundadores de la República', incidió el hasta ahora ministro del Interior, quien reconoció en la entrevista que la ley constituye un 'monumento' por lo que resulta complicado tramitar modificaciones en la ley.
'¿De qué serviría decir a nuestros compatriotas musulmanes que tienen los mismos derechos que los otros si son obligados a rezar en cuevas o en garajes?', se preguntó no obstante Sarkozy. 'Los problemas de terrorismo los tenemos en las cuevas y en los garajes, no en la mezquita de Lyon', matizó.
'Perseguiré discusiones con todas las religiones', aseguró, añadiendo que 'antes de tocar (la ley), uno debe ser muy cauteloso'. 'Se trata de una cuestión en la que no se puede avanzar sin consenso', agregó.
No obstante, reconoció su intención –si es elegido presidente de la República– de 'cortar el Islam en Francia de la influencia extranjera, bien en la financiación de sitios de culto o en la formación de imanes'.