En el acto, celebrado en el aula de la Conciliación de la basílica romana con la asistencia del vicario de Roma, cardenal Camilo Ruini, y otros purpurados, Sarkozy recordó que las 'raíces del país son esencialmente cristianas'.
También quiso reiterar que Francia es un Estado que tiene una 'laicidad positiva', donde existe la 'libertad de creer o no creer, de practicar una religión o la libertad de cambiar credo, así como la libertad de no ser ofendidos por las propias creencias o de dar a los hijos una educación según las propias convicciones'.
Según Sarkozy, 'la laicidad se ha convertido en una condición para la paz civil' y, por ello, 'el pueblo francés ha defendido ardientemente la libertad escolástica y el deseo de prohibir ostentar símbolos religiosos en las escuelas'.
El presidente francés aseguró que la 'laicidad no puede ser la negación del pasado' y que no tiene el poder de 'hacer olvidar a Francia sus raíces cristianas', tras recordar la 'histórica unión (de Francia) con la Iglesia católica'.
Sarkozy instó, en consecuencia, a 'asumir las raíces cristianas de Francia y a darles su valor, pero defendiendo la madura laicidad a la que se ha llegado'.
También exhortó a que 'las diferentes religiones, y en primer lugar el mensaje cristiano, contribuyan a iluminar las decisiones y construir el futuro' de Francia.
La ceremonia sirvió para que Sarkozy tomase posesión como 'canónigo de honor' de la basílica de San Juan de Letrán, un privilegio que se remonta a 1604, en la época de la monarquía francesa de Enrique IV.
Ese título de los reyes franceses pasó a los presidentes de la República gala.
Charles De Gaulle, Valery Giscard D'Estaing y Jacques Chirac tomaron posesión como 'canónigos de honor' del templo lateranense, mientras que René Coty y Georges Pompidou lo rechazaron y Francois Mitterrand nunca lo hizo.
Desde la que es la catedral de Roma, el presidente francés se trasladó al palacio del Qurinal, sede de la Presidencia de la República italiana, para entrevistarse con su homólogo, Giorgio Napolitano.
A última hora de la tarde se reunirá con los jefes de Gobierno de España e Italia, José Luis Rodríguez Zapatero y Romano Prodi, con el objetivo de alcanzar un acuerdo sobre el proyecto de una Unión Mediterránea.