La candidata oficialista tuvo una reunión a puertas cerradas con representantes religiosos para encontrar una fórmula que ponga fin a una situación que le generó, según los expertos, pérdida de votos entre sectores religiosos y conservad
La candidata presidencial oficialista brasileña Dilma Rousseff, amenazada en los sondeos de intención de voto, se comprometió a no apoyar proyectos de ley que tengan impacto en el derecho a practicar una religión, luego de reunirse con representantes de varias denominaciones religiosas.
"Lo que decidimos es que no mandaría al Congreso -en caso de que resulte electa el 31 de octubre- legislación que tenga impacto en la religión. El Estado es laico. El gran compromiso que asumí es que el Estado será laico y que no va a interferir en cuestiones religiosas", dijo Rousseff en la noche del miércoles en Teresina (Piauí, noreste), según declaraciones reproducidas por el sitio informativo G1 este jueves, citó AFP.
Rousseff tuvo una reunión a puertas cerradas con representantes religiosos para encontrar una fórmula que ponga fin a una situación que le generó, según los expertos, pérdida de votos entre sectores religiosos y conservadores: su postura sobre la despenalización del aborto.
La candidata asegura que se opone personalmente a esa práctica, pero abordó el asunto como un tema de "salud pública" en el pasado, en razón del alto número de abortos clandestinos en el país.
Versiones de prensa señalaron el jueves que Rousseff podría divulgar una carta abierta con sus compromisos en los próximos días, a cambio de un documento de apoyo de diversas iglesias de cara al segundo turno electoral del 31 de octubre.
El comité de campaña de la candidata del oficialista Partido de los Trabajadores señaló que no formularía comentarios sobre las afirmaciones de Rousseff ni sobre el contenido de la reunión con los líderes religiosos.
Además de la sensible cuestión del aborto, uno de los temas que más preocupa a las iglesias es un proyecto de ley que incluye entre los delitos de homofobia, la manifestación contraria al casamiento de personas del mismo sexo.
Según representantes religiosos, ese texto pone a las iglesias que se oponen al casamiento de personas del mismo sexo ante la posibilidad de ser sancionadas por el delito de homofobia.
Sobre este tema, Rousseff alegó que "una cosa es el casamiento de personas del mismo sexo y otra la unión civil, que se refiere a derechos civiles".