Afroumbandistas denuncian incitación al odio desde la Iglesia Universal del Reino de Dios.
La Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) ha tomado creciente protagonismo. Además de las decenas de templos en todo el país y de la gran catedral en construcción en la principal avenida montevideana, también cuenta con un programa televisivo cuyo nombre, “Pare de sufrir”, la ha vuelto más popular. Organizaciones afroumbandistas presentaron diversas denuncias en las que dan cuenta de que desde la televisión se los discrimina y se incita al odio a su religión. El planteo es compartido por la Coalición por una Comunicación Democrática (CCD).
Las organizaciones afroumbandistas uruguayas han presentado varias denuncias ante organismos estatales, explica la mãe Susana Andrade. La primera fue en 2004 y la última en 2012, pero todas han sido desestimadas por la Justicia. En el caso de la presentada en 2004, el juez que consideró la denuncia por incitación al odio y discriminación estimó que el mensaje emitido desde la IURD era parte de su libertad de expresión, fallo que generó malestar entre las organizaciones afroumbandistas.
Concretamente, Andrade plantea que el miedo implantado hacia las religiones afroumbandistas es el principal elemento para captar fieles con que cuenta la iglesia, y continuamente se emiten mensajes que estigmatizan ritos e institucionalidades de umbanda. En esta línea, señaló que el poderío mediático y económico de la IURD hace que el mensaje prácticamente no pueda ser contrarrestado por las organizaciones a las que representa.
Sobre este tema, Andrade sostiene que los canales no actúan de acuerdo al marco legal existente porque perciben importantes ingresos de dinero por la contratación del espacio televisivo pero no se hacen responsables de los contenidos, dado que emiten el programa una vez que cierra su transmisión. De esa forma, se da una especie de subarrendamiento, pero sin seguir el procedimiento legal para concretarlo, según denuncia. La mãe dijo haber realizado gestiones ante la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicación (Ursec), pero no obtuvo respuesta favorable.
Apoyados
El 29 de noviembre de 2012, la CCD emitió un comunicado en el que plantea su preocupación ante la “falta de controles sobre el arrendamiento de espacios que muchos medios de comunicación realizan en sus transmisiones a grupos religiosos, que en muchos casos los utilizan para agraviar e incitar al odio contra otras religiones”. La CCD destaca además que, de acuerdo a normativas vigentes, los medios de radiodifusión deben contar con la autorización expresa del Poder Ejecutivo para realizar cualquier tipo de transferencia de sus señales, y además señalan que, de acuerdo a un decreto aprobado en 1978, los canales deben informar semanalmente a la Ursec sobre su programación y remitirse a ella en los contenidos que emiten.
Además, recuerdan que el mencionado decreto también obliga a los canales de televisión a individualizar al canal con su símbolo y nombre al menos cada media hora durante la emisión. “Sostener que los programas religiosos no integran la programación del canal es inadmisible, puesto que configuraría por la vía de los hechos una transferencia parcial de la frecuencia, algo expresamente prohibido por la ley vigente”, remata el comunicado.
La CCD respalda a las organizaciones afroumbandistas y reclama que se cumpla con las normativas referidas a la no discriminación y a la promoción del odio por razones de raza, género o religión. Además, acusan a la IURD de “demonizar” lo que no comulgue con sus ideas. La Comisión Directiva de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de la República también debatió sobre el tema y adhirió al comunicado.
Más allá
Andrade denunció que personas enviadas por la IURD van año a año a ritos afroumbandistas, como la celebración de Iemanjá, a intentar convencer a quienes están en las playas de que los ritos que allí se celebran son diabólicos y deben ser combatidos. Las organizaciones afroumbandistas presentaron denuncias tanto ante el Ministerio de Educación y Cultura -a las que les respondieron que las personas jurídicas no cometen delitos, según dijo- y ante la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento, que derivó la denuncia a la Justicia.
Más allá de los mensajes discriminatorios -muchas veces sostenidos en testimonios falsos, según denuncia-, las organizaciones afroumbandistas también pretenden que la IURD deje el estatus de iglesia, porque consideran que una institución religiosa no puede promover el odio y ese estatus le sirve para tener varias exoneraciones tributarias. En esta línea, Andrade sostuvo que a diferencia de Uruguay, en Brasil la IURD es indagada por lavado de dinero pese a que cuenta con respaldo político.
En el caso argentino, las organizaciones umbandistas consiguieron que el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo recomendara “que no se utilicen imágenes, símbolos o prácticas y rituales asociadas con el africanismo para producir enunciados que adviertan respecto de ‘peligros’ potenciales de vincularse con sujetos o agrupaciones que involucren africanistas”, y que no se presente al afroumbandismo como algo ajeno a la cultura de ese país.
Andrade habló de la dificultad para que en Uruguay el tema pueda trascender a la Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda forma de Discriminación, y adelantó que iniciarán trámites para que la Institución Nacional de Derechos Humanos aborde el tema.
Raíces profundas
Andrade consideró que la connotación negativa de las prácticas umbandistas existente en gran parte de la sociedad uruguaya tiene sus raíces en el origen de los relatos históricos. Según la mãe, en la época colonial los africanos debían realizar sus ritos a escondidas porque estaban prohibidos por los blancos, principalmente debido a que las ceremonias eran consideradas una forma de emancipación y organización de los esclavos, algo que no le servía a la cultura hegemónica. Un punto que ilustra este aspecto es que la mayoría de las costumbres afroumbandistas en Uruguay tienen algún anclaje con fechas católicas, porque eran los días en que los esclavos podían acceder a los asuetos.
Para Andrade, como el principal relato histórico del país fue realizado por esta cultura, el ocultamiento y la demonización de los ritos afroumbandistas surgieron junto con la historia uruguaya y eso es lo que hace que sea tan difícil de desentrañar. Además, comentó que esto es parte de la discriminación que hoy sufre la población afrodescendiente en Uruguay, y que la forma de mantener vivas sus costumbres fue a partir del ocultamiento, pero señaló que en el último tiempo es una tendencia que se está revirtiendo, y ello es ilustrado porque actualmente hay más blancos que negros en ese tipo de rituales.
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