Las elecciones de representantes del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), en las que ayer participaron las 1.300 mezquitas instaladas en Francia, mostraron una importante progresión de la oficialista mezquita de París, vinculada a Argelia, un avance menos importante de los delegados vinculados al islam marroquí, que confirmarán su primera plaza al controlar 19 de los 43 puestos del consejo de dirección del CFCM, y un retroceso de la corriente próxima a los integristas Hermanos Musulmanes, financiados por Arabia Saudí, que pierden tres representantes.
El CFCM es un organismo de dudosa representatividad creado en 2003 por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, para fabricarse un interlocutor a medida con el que discutir los múltiples problemas que presenta la integración del islam en Francia, desde la prohibición del famoso pañuelo en los centros oficiales hasta la atención espiritual en las prisiones pasando por el delicado tema de la formación de imanes franceses. Durante sus dos años largos de existencia, el CFCM ha atravesado ya numerosas crisis y dimisiones. Las distintas corrientes en él representadas han querido erigirse en portavoces de la totalidad de los ciudadanos franceses de origen magrebí o turco, una "comunidad" que tan pronto se cifra en 3,7 millones de personas como se aumenta hasta los 6 millones sin tener en cuenta que apenas un 15% de ellas son creyentes y practicantes.