Es una “gravísima” violación al Estado laico, reclamaron. El acto se realizó supuestamente a solicitud de 31 reporteros y con la autorización de la dirección de Comunicación Social del recinto legislativo.
La bendición de la sala de prensa de la Cámara de Diputados, promovida por un grupo de reporteros católicos, generó el repudio de legisladores que reclamaron al presidente de la Mesa Directiva, Emilio Chuayffet Chemor su connivencia ante esa “gravísima” violación al Estado laico.
Al iniciar la última sesión ordinaria del actual periodo ordinario, Gerardo Fernández (PT) refirió el suceso: “el día de ayer en la sala de prensa se hizo un acto religioso, rompiendo el Estado laico, lo cual es gravísimo. Ya basta de las violaciones al Estado laico, ya basta de las violaciones al estado de derecho. Y que se haya traído a un sacerdote a bendecir la sala de prensa –yo creo que más bien la ha de haber maldecido– que ha sido además uno de los actores, junto con Norberto Rivera, de un ataque de mala fe, permanente, ilegal, doloso en contra de esta soberanía, es verdaderamente inaceptable.”
Teresa Incháustegui, del PRD, también reprobó el acto católico, es dijo, un “hecho oprobioso y además, sobre todo provocador del nuevo director de Comunicación Social de la Cámara de Diputados (Octavio Mayen), que como si estuviéramos en un Estado confesional en donde la Iglesia, sobre todo la católica, es parte de los actos oficiales, ha invitado a un ministro de culto que tiene todo mi respeto, a inaugurar la sala de prensa sin haber solicitado ni avisado a este Poder soberano, en este recinto soberano de un Estado laico, de tal acto.
“Yo soy muy respetuosa de la libertad de creencia de todo mundo y reconozco los derechos de los creyentes, pero también me parece que tenemos que exigir con todo rigor que en recintos civiles oficiales, como el de esta soberanía, no pueden estarse dando actos de este corte.”
El malestar fue ratificado por Chuayffet Chemor porque “no se puede en espacio público alguno llevar a cabo actos de culto. En el transcurso de la sesión, como lo he hecho siempre, daré cuenta de las responsabilidades en las que incurrieron quienes permitieron tal evento, y habré de señalar que son merecedores de las sanciones que la ley establece al respecto.”
Y es que a solicitud de 31 reporteros –que supuestamente se anotaron en una lista- y con la autorización de Octavio Mayén, el subdirector de radio y televisión de la Arquidiócesis de México, José de Jesús Aguilar, bendijo el miércoles la sala de prensa de la Cámara de Diputados.
En el acto el sacerdote invitó a funcionarios y reporteros a rezar el padre nuestro y solicitó a Mayén que, después de la oración, dirigiera un mensaje. El funcionario expresó públicamente su fe católica y agradeció la presencia de Aguilar, quien acudió en representación del cardenal Norberto Rivera Carrera.
También reconoció que su oficina envió la solicitud que, desde la semana pasada, hicieron circular Margarita Nicolás, de la Cadena Rasa, y Rubén Pasquel, corresponsal del Grupo Marmor de Michoacán, para que Rivera Carrera bendijera ese espacio.
“Su presencia fortalece nuestro espíritu para todos los que profesamos la religión católica. Nos enaltece. Y para quienes no la profesan esto nos reconforta y ayuda a tener paz en momentos tan complicados de nuestra vida nacional”, dijo Mayén.
Antes de bendecir el espacio público, Aguilar leyó una carta de Rivera Carrera, firmada desde El Vaticano donde, dice, acudió a la celebración del bicentenario de la Independencia de varios países de América Latina.
El presidente de la Junta de Coordinación Política, Armando Ríos Piter (PRD), cuestionó la autorización de la ceremonia porque, resaltó, la Cámara es sede de uno de los tres poderes de la Unión y pieza fundamental del Estado laico. “Yo no lo autoricé. La entrada de invitados y de visitantes es responsabilidad de la Mesa Directiva”, que preside Emilio Chuayffet (PRI), dijo.
El diputado Jaime Cárdenas (PT) afirmó que la bendición de un espacio público viola el artículo 130 de la Constitución y la Ley de asociaciones religiosas y culto público.
“Se trató de un acto indebido, contrario a la ley, porque además los funcionarios públicos no podemos hacer manifestación religiosa alguna”, adujo.