Algunos países europeos como Francia, Luxemburgo, Reino Unido o Bélgica ya han desarrollado este tipo penal.
La Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad (RedUNE) ha entregado este jueves cerca de 300.000 firmas en el registro del Congreso para pedir que se tipifique como delito la persuasión coercitiva, lo que también conocemos como ‘lavado de cerebro’.
Este tipo de persuasión, como algunos llaman ‘comerte el tarro’, “obliga a una persona de una manera sutil, no de manera directa” a tomar decisiones que parecen propias. “Ante un juzgado, parece que esa persona ha tomado decisiones libres cuando en realidad ha sido presionado para tomarlas” asegura un experto.
Estas decisiones nunca habrían sido tomadas por el individuo en cuestión “sin una intervención de una tercera persona, un grupo o un entrono sectario”, sin embargo, ante la ley es dificultoso probar un delito de persuasión coercitiva.
Frente a estas situaciones, la RedUNE ya ha recogido unas 300.000 firmas para poder tipificar la persuasión coercitiva, producida en su mayoría en entornos violentos y sectarios, como un delito. En algunos países europeos, este tipo penal ya ha sido desarrollado, como en Francia, Bélgica, Luxemburgo, y Reino Unido. Ahora, estas regiones permiten condenar la manipulación psicológica por parte de una persona, grupo o líder.