Se cumplen hoy 127 años de la sanción de la Ley 1.420 que instauró la enseñanza primaria obligatoria, laica, gratuita y subrayó la existencia de la escuela pública al alcance de todos bajo la responsabilidad del Estado.
Esta ley por la que se educaron e instruyeron millones de argentinos, representa uno de los máximos orgullos de la masonería argentina. En su diseño, redacción y defensa parlamentaria participaron caballeros de nuestra Orden.
Previamente habían trabajado en el Congreso Pedagógico que proporcionó el marco conceptual para el dictado de esa legislación profundamente progresista.
La ley 1.420 también estableció el Consejo Nacional de Educación y los Consejos de Distritos, la financiación de la educación primaria, el estímulo para la creación de jardines de infantes, la construcción de edificios escolares, la sanidad escolar, los derechos de los docentes, la promoción de las bibliotecas populares y la inspección de las escuelas particulares por parte del Estado.
Observada a la distancia de los años podemos advertir la monumentalidad de la obra emprendida por los masones que nos preceden. Nos llama la atención, además, sobre la obra que nos corresponde como protagonistas de este tiempo y nos alienta a emprender nuestras propias tareas sin temores.
Ellos y nosotros no solo compartimos la pertenencia a la misma Institución, tenemos idéntica formación y los mismos objetivos. Los exhorto, queridos hermanos, a poner manos a la obra.