La Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL) impulsó una «apostasía colectiva» este sábado en Buenos Aires como un gesto de repudio después de que el Senado rechazase el proyecto para legalizar el aborto, al considerar que lo hizo influenciado por una Iglesia con «privilegios» en el país.
«Hasta el momento, mucha gente estaba despreocupada de su pertenencia a la religión Católica, pero, a día de hoy, han decidido que no quieren estar representados por una ideología que atenta contra sus derechos», cuenta a Efe Pao Raffetta, impulsora de la campaña de apostasía colectiva en la capital argentina.
La semana del 8 de agosto, cuando el Senado debatía el proyecto para la interrupción voluntaria del embarazo que ya había recibido el visto bueno de la Cámara de Diputados, se convocaron apostasías en todo el país.
Raffetta revela que, en el puesto que instalaron durante la vigilia realizada ese día por miles de personas en los alrededores del Parlamento en Buenos Aires para pedir la aprobación de la iniciativa, recogieron 1.200 solicitudes para apostatar.
Esta reacción ha cobrado fuerza después de que la Cámara Alta rechazase por 38 votos en contra frente a 31 a favor la despenalización del aborto.
«Es el reflejo de la indignación colectiva de muchísimas mujeres pero también de muchos hombres que entienden que estos obstáculos que pone la Iglesia a la hora de garantizar la salud y la educación sexual también los afectan a ellos», afirma.
Según cuenta, el objetivo es no apoyar a una institución que históricamente se ha basado en la «violación de derechos», al haberse opuesto también al matrimonio homosexual, el voto femenino, o el divorcio.
Con ello en mente, la CAEL llamó a una apostasía colectiva en la tarde de este sábado en Buenos Aires y animó a otras organizaciones laicas a replicarla en otros puntos del país.
Porque, según la convocatoria, «la principal opositora a la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo es la Iglesia Católica Apostólica Romana» y lo hace «desde una posición de privilegio dentro del Estado» argentino.
Durante el evento, que se desarrolló en la calle, la organización recopiló cartas con el pedido de baja que luego trasladará a los centros religiosos.
Raffetta denuncia que el proceso está repleto de una «burocracia innecesaria» y asegura que, si no se insiste y «presiona» a las autoridades eclesiásticas, las solicitudes «se pierden en el olvido».
Cuando logran que salgan adelante, reciben una fotocopia de su acta de bautismo firmada y sellada, pero desde la coalición de asociaciones laicas reclaman que se dé un paso más allá y la Iglesia borre todo rastro de los datos personales de quienes deciden apostatar porque, al no hacerlo, «violan el principio de privacidad».
Raffetta afirma que ya han solicitado varias veces al Estado que haga efectiva la ley de protección de datos y exija a la Iglesia que dé este paso, pero sus peticiones han sido siempre rechazadas.
Para ella, es un reflejo de que, «el Estado argentino, en sus múltiples formas de sostener el culto católico, además de concederle millones de pesos en subsidios y no obligarle a pagar impuestos, le da la posibilidad de perjudicar los derechos de la ciudadanía».
Asimismo, apunta que, a raíz del debate por la legalización del aborto, ha aumentado la demanda para la separación Iglesia-Estado en el país austral.
«Creemos que ya es hora de tener un Estado verdaderamente laico, como muchos países del mundo. Mientras que la Iglesia y el Estado estén unidos, es difícil avanzar hacia el futuro», asevera.
Más de 300 marplatenses renunciaron a la Iglesia Católica por «el lobby que ejerció para que no se legalice el aborto»
Fuente: 0223 Argentina
Durante dos jornadas de apostasía colectiva que se realizaron los días 4 y 8 de agosto en la ciudad, más de 300 marplatenses renunciaron a ser miembros de la Iglesia Católica.
Según informó a 0223 el titular de Ateos Mar del Plata, Fernando Lozada, este martes por la mañana, el total de esas decisiones se definieron a raíz «del lobby que generó la Iglesia para que no saliera la legalización del aborto».
«La cifra es muy alta porque representa un cuarto de las apostasías que se registraron en Capital Federal», sostuvo Lozada en relación a las actividades que se realizaron al lado del Congreso durante la votación del Senado en la que se finalmente el cuerpo de legisladores resolvió no aprobar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que la Cámara de Diputados había dado media sanción. Allí, unos 1200 católicos renunciaron a ser parte de la Iglesia.
Si bien el trámite de renuncia siempre se inicia llenando una planilla donde se presentan los argumentos jurídicos y canónicos, y los datos personales de la persona con lugar y fecha de bautismo; las apostasías colectivas que se hicieron en torno al debate por la legalización del aborto fueron tomadas con una «planilla especial en la que repudiaba el lobby de la institución para que no sea aprobara la ley».
Según afirmó Lozada, Nora Cortiñas, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, en los próximos días también presentará su renuncia. «Si bien se siente católica, píensa que la Iglesia ya no la representa», explicó el referente de los ateos de la ciudad.
«Hay que dejar en claro que no es que la Iglesia recibe dinero del Estado en relación a la cantidad de personas bautizadas», señaló por otra parte y destacó: «La apostasía es en realidad un gesto político y simbólico en el que las personas se sienten liberadas al separarse».
Un grupo de salteños presentó esta tarde la solicitud para renunciar a la Iglesia Católica
Fuente: El Tribuno
Un grupo de salteños se acercó esta tarde hasta la plaza Güemes, frente a la Legislatura, para presentar su solicitud de apostasía, en el marco de la segunda jornada colectiva, para renunciar a la Iglesia Católica y pedir su separación del Estado. La actividad fue convocada por la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL) a través de las redes sociales. Hasta el momento, en la provincia se recepcionaron unas 100 solicitudes.
La apostasía es el acto que realizan quienes están bautizados para dejar de pertenecer a la Iglesia Católica. Las cartas serán recepcionadas hasta septiembre y luego presentadas a la Conferencia Episcopal Argentina, junto a las que ya se juntaron el pasado 8 de agosto, cuando el Senado rechazó el proyecto de ley que despenaliza el aborto.
CAEL se fundó hacer 12 años y la primera apostasía colectiva se realizó en 2009. Sin embargo, el trámite tomó impulso con el revés judicial que sufrió la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Tal es así que muchos de los que realizaron el trámite, fueron bautizados en su infancia, aunque señalaron que no son católicos practicantes.
Algunas de los salteños que se presentaron señalaron a El Tribuno que firmaron la solicitud porque “no creen en la institución”.
Mientras que un estudiante universitario señaló que, a pesar de haber ido a un colegio católico, ahora ve muchas cosas de la Iglesia que no le agradan, además de que ya no practica la religión.