Les parece muy bien cuando los ayuntamientos costean los fastos de estas visitas pastorales.
Los conocidos grupos conservadores y ultracatólicos han puesto el grito en el cielo, ante un pequeño artículo del portavoz de ICV en el Ayuntamiento de Barcelona, en el que manifiesta que su grupo no participará en ningún acto, ni institucional ni litúrgico que se organice con esta ocasión. Por el contrario estarán con la ciudadanía que apuesta por la laicidad del Estado. Y recuerda algunas evidencias de lo que Ratzinger ha venido predicando sobre moral familiar, sexual, SIDA,…
Una vez más quieren que su líder religioso sea alabado por todos, y que el Estado y sus instituciones tengan que doblegarse ante su "santidad".
Nadie se opone a que Ratzinger o cualquier otro líder religioso visite España, los laicistas nos oponemos a que seamos los españoles, el Estado, toda la ciudadanía quienes tengan que hacerse cargo de los gastos de un viaje pastoral, con sus actos religiosos, con sus predicaciones,… y todo con la excusa de que es un jefe de Estado.
Ratzinger, el rostre de la intolerància
Ricard Gomà i Carmona
ICV-EUiA
Las próximas semanas viviremos en la ciudad la efervescencia que acompaña siempre una visita del máximo representante de la Iglesia católica, actualmente el Dr. Joseph Ratzinger. Ninguno de los representantes de ICV-EUiA en el Ayuntamiento de Barcelona participará en los actos, institucionales o litúrgicos programados durante su estancia en nuestra ciudad.
La visita de Ratzinger será contestada socialmente a Barcelona como lo fue no hace mucho en Inglaterra por miles de personas que salieron a la calle recordando lo que este Papa representa: una visión anacrónica y excluyente de la familia, intolerante con la diversidad, un discurso hipócrita sobre la anticoncepción que vierte miles de personas a morir de SIDA en los países en vías de desarrollo, una respuesta insultantemente tibia a la avalancha de casos de pederastia entre altos representantes del clero a quien, por decencia y por justicia, hay que aplicar mucho más que una invitación al arrepentimiento: respuesta penal y reparación urgente a las víctimas.
Ratzinger es la expresión de la cara más rancia y más oscura de una Iglesia católica que goza todavía de inexplicables privilegios por parte del Estado español. El 7 de noviembre próximo, los y las representantes de nuestro grupo estaremos junto a los barceloneses y las barcelonesas que -desde el absoluto respeto a las creencias personales de cada uno- defienden la necesaria laicidad de las instituciones, garantía básica para construir puentes en una sociedad cada día más plural, mosaico de procedencias, confesiones, opciones y maneras de vivir afortunadamente diversas.
Texto original en "Barcelona informació"
Les properes setmanes viurem a la ciutat l’efervescència que acompanya sempre una visita del màxim representant de l’Església catòlica, actualment el Dr. Joseph Ratzinger. Cap dels representants d’ICV-EUiA a l’Ajuntament de Barcelona no participarà dels actes, institucionals o litúrgics programats durant la seva estada a la nostra ciutat.
La visita de Ratzinger serà contestada socialment a Barcelona com ho va ser no fa gaire a Anglaterra pels milers de persones que van sortir al carrer recordant el que aquest Papa representa: una visió anacrònica i excloent de la família, intolerant amb la diversitat; un discurs hipòcrita sobre l’anticoncepció que aboca milers de persones a morir de sida als països en via de desenvolupament; una resposta insultantment tèbia a
l’allau de casos de pederàstia entre alts representants del clergat a qui, per decència i per justícia, cal aplicar molt més que una invitació al penediment: resposta penal i reparació urgent a les víctimes.
Ratzinger és l’expressió de la cara més rància i més fosca d’una Església catòlica que gaudeix encara d’inexplicables privilegis per part de l’Estat espanyol. El 7 de novembre vinent, els i les representants del nostre
grup estarem al costat dels barcelonins i les barcelonines que –des de l’absolut respecte a les creences personals de cadascú– defensen la necessària laïcitat de les institucions, garantia bàsica per bastir ponts en una societat cada dia més plural, mosaic de procedències, confessions, opcions i maneres de viure afortunadament diverses.