El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha ganado hoy el jubileo en su visita al Santuario de Caravaca de la Cruz, donde el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, ha pedido que tenga «sabiduría y acierto» en su gestión «por el bien de la unidad de la nación».
Rajoy ha presidido un acto sobre infraestructuras en la capital murciana y, a su término, se ha desplazado a Caravaca de la Cruz, donde este año se celebra el Año Jubilar de la Santísima y Vera Cruz.
Acompañado del presidente de la comunidad murciana, Fernando López Miras, y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, el jefe del Ejecutivo ha sido recibido a las puertas del templo de Caravaca por, entre otros, el alcalde de la localidad, José Moreno.
Después ha saludado al obispo de Cartagena, al vicario de Caravaca, Jesús Aguilar; y al rector de la basílica, Emilio Andrés Sánchez.
Ya en el interior del templo ha asistido a una ceremonia de adoración a la cruz y ha besado la reliquia que se conserva en la basílica.
El obispo de Cartagena ha agradecido la presencia de Rajoy, a quien se ha dirigido para asegurar que está viviendo una etapa «apasionante» con sus «luces y sombras» y que le estarán haciendo «gozar y sufrir».
Ha pedido, además, por que actúe con «sabiduría y acierto» en sus gestiones «por el bien de la unidad de la nación y para que España siga con una historia larga y bella».
Al término de este acto, el presidente del Gobierno ha visitado diversas dependencias de la basílica y en la explanada de acceso ha sido aplaudido por varias decenas de personas que allí se encontraban y con las que, a petición suya, se ha fotografiado.
Fue el 9 de enero de 1998 cuando el papa Juan Pablo II concedió a Caravaca de la Cruz la celebración de un año jubilar a perpetuidad en torno a la devoción a la Vera Cruz.
La Cruz de Caravaca es un «lignum crucis», un trozo de madera perteneciente a la cruz en que murió Jesús de Nazaret.