La conferencia adoctrinadora del exministro en un colegio es síntoma de un fenómeno más profundo: el relevante papel político de la escuela concertada religiosa dentro y fuera del aula
La Iglesia diocesana, las asociaciones de centros y de padres y grupos de la derecha católica radical mantienen un espacio de cooperación estable contra políticas de izquierdas
Cuando Alberto Núñez Feijóo sea presidente del Gobierno –si llega a serlo–, se acabará el «adoctrinamientos en las aulas». Así lo prometió en septiembre en el Congreso, entrando así de lleno en una de las obsesiones de la derecha española, donde no hay dirigente destacado, desde Isabel Díaz Ayuso (PP) hasta Santiago Abascal (Vox), que ignore este –según dicen– acuciante problema. Ahora bien, el sector del campo conservador que puede presumir de haber abierto fuego en la guerra cultural usando la escuela, alertando del adoctrinamiento e importando a España la obsesión evangélica estadounidense sobre una supuesta sexualización de las clases, es el lobby ultracatólico.Y ahí el nombre con mayúsculas es Jaime Mayor Oreja. «Don Jaime», como a menudo se le presenta en los foros en los que toma la palabra.