Los patriarcas ortodoxos de Kiev y Moscú se enzarzan en una guerra de plegarias Las Iglesias ucraniana y rusa tradicionalmente se han peleado por los fieles ucranianos
El pulso que libran Kiev y Moscú por el Este de Ucrania abarca desde las barricadas hasta los altares. Los patriarcas ortodoxos de ambas capitales se enzarzaron este fin de semana en una guerra de plegarias y declaraciones públicas que ha teñido de política la tradicional Pascua por culpa de la insurrección armada prorrusa.
En Kiev, el patriarca de la Iglesia ortodoxa ucraniana, Filaret, que se separó de la rusa tras la caída de la Unión Soviética, condenó la "agresión" del país vecino: "Dios no puede estar del lado del mal, por eso el enemigo del pueblo ucraniano está destinado a fracasar". En el mensaje a sus fieles ucranianos, Filaret lamentó que Rusia, "que nos había garantizado la integridad territorial", haya "cometido una agresión".
Casi a la vez, desde la reluciente catedral del Cristo Salvador en Moscú, el patriarca Kirill contraatacó con el mismo tono piadoso pero nacionalista: "Tenemos que rezar hoy por el pueblo ruso que vive en Ucrania, para que el Señor instaure una paz sobre la tierra ucraniana que deshaga los designios de aquellos que quieren destruir a la Santa Rusia". El patriarca recordó que esto se ha intentado en "numerosas ocasiones en la Historia pero nadie lo logró".
Este enfrentamiento tiene de trasfondo la tradicional rivalidad que Moscú y Kiev tienen por los fieles ucranianos. "El Patriarcado de Moscú ve al de Kiev como una institución sin legitimidad, que de hecho no es reconocido por nadie en el mundo ortodoxo", explica a este periódico Geraldine Fagan, experta en asuntos eclesiales rusos y autora del libro 'Creer en Rusia'.
'Somos un solo pueblo ante Dios'
Las fronteras entre la fe y la política se han emborronado en Rusia, donde Kirill se ha posicionado claramente a favor del presidente Putin. En esta aventura ucraniana, también le ha dado cobertura: "Ucrania es políticamente un país extranjero, pero espiritualmente e históricamente no lo fue nunca. Somos un solo pueblo ante Dios", dijo ante los fieles. Como recordaba recientemente en una entrevista Antoine Arjakovsky, fundador del Instituto de Estudios Ecuménicos de Lviv, "el término 'ruski mir' o mundo ruso ha sido uno de los grandes temas de Kirill desde que se convirtió en patriarca en 2009". Y entronca con el punto de vista geopolítico de Putin, que la pasada semana se refirió al este de Ucrania como 'Nueva Rusia', un término del zarismo. La Iglesia rusa y el Kremlin coinciden en una cosa: ambos ven Occidente como una amenaza para esta identidad ortodoxa. "La idea de 'mundo ruso' apela a una civilizaciónn común que incluye Rusia, Ucrania y Bielorrusia, cuyos orígenes se remontan al estado medieval de Rus", explica Fagan. El papel de Ucrania en la fe rusa es crucial, pues Rus se convirtió en ortodoxa por la decisión del príncipe Vladimir de Kiev en el 988 después de Cristo.
Muchas guerras han transcurrido desde entonces. Pero en Donetsk, la gran ciudad industrial del Este, los separatistas prorrusos seguían este domingo atrincherados en la Administración regional con una ayuda especial: "Un sacerdote ortodoxo se encuentra con nosotros en el interior para festejar esta tarde la Pascua", explicaba un miliciano prorruso. "La Ortodoxia rusa empezó en Ucrania, pero no creo que esto esté tan conectado con la visión política de Putin, porque en su caso se inspira más en la visión soviética, pero esta idea del 'mundo ruso' la complementa y se presta a ser usada por el Kremlin", dice Fagan.
Ucranianos encienden velas durante la misa ortodoxa de Pascual en la catedral de St. Volodymir en Kiev. EFE
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