El manifiesto, firmado por partidos políticos, sindicatos, asociaciones culturales, feministas y religiosas, expone el recorrido histórico del “monumento franquista”.
El PSPV de Castelló de la Plana ha respaldado un manifiesto firmado por 21 colectivos con el objetivo de apoyar el recurso que demanda que «no se devuelva el monumento franquista» al parque Ribalta, y que se opone a la sentencia que revoca la retirada de la Cruz de los Caídos.
El secretario general del PSPV, Rafa Simó, ha declarado que la alcaldesa Begoña Carrasco «debería escuchar el clamor de la sociedad civil y respetar las leyes de Memoria, las cuales han traído reparación y dignidad a las familias castellonenses afectadas por la represión franquista».
Simó ha afirmado,
El PP y Vox nos encontrarán firmes en contra de cualquier intento de menospreciar los derechos de las víctimas de la dictadura.
El secretario general ha descrito el manifiesto del Ribalta como «un ejemplo de movilización ciudadana que une a colectivos laicos y cristianos, demostrando una vez más que la retirada del monumento franquista promovida por los gobiernos progresistas fue un ejercicio democrático y plenamente respetuoso con la libertad religiosa».
Simó ha subrayado que «los grandes avances en calidad democrática siempre han venido de la mano del Partido Socialista, desde las leyes de memoria estatal y autonómica hasta la implementación de medidas de reconocimiento y reparación de las víctimas en cada calle y barrio».
Finalmente, el edil ha enfatizado que Castelló ha dado pasos históricos en términos democráticos en los últimos años, y que «la ciudad no es la de blanco y negro que algunos intentan recuperar; es una ciudad avanzada y progresista que no tolerará el blanqueamiento de la dictadura bajo una falsa concordia».
El manifiesto, firmado por partidos políticos, sindicatos, asociaciones culturales, feministas y religiosas, expone el recorrido histórico del «monumento franquista».
Según el documento, «el monumento fue promovido en 1940 por el Ayuntamiento de Castelló, no por la Iglesia Católica, que subvencionó su construcción tras recibir instrucciones del Ministerio de la Gobernación, en un periodo en el que en el río Seco de Castelló se estaban llevando a cabo ejecuciones».
Además, el manifiesto señala,
La inauguración del monumento tuvo lugar el 29 de octubre de 1944, en un acto político y de exaltación patriótica presidido por el gobernador civil y jefe provincial del movimiento, con una ofrenda de coronas y flores en conmemoración del XI aniversario de la creación de la Falange.
El documento continúa indicando que, desde entonces, «el monumento, situado en una amplia calle y plaza, se convirtió en un espacio idóneo para acoger actos de exaltación de la dictadura, aniversarios de la Falange y eventos de ultraderecha durante los primeros años de la democracia, recuerdos que persisten en las generaciones de castellonenses».
Los colectivos firmantes también argumentan que «invocar la persecución religiosa para justificar la retirada de un monumento que, para la Iglesia Católica, nunca fue un lugar sagrado o de culto y que asocia la religión católica con el fascismo y la violencia, es una manipulación política que instrumentaliza la religión por parte de grupos sociales, políticos y personas que defienden y justifican el franquismo».
El manifiesto aclara que «este monumento franquista representaba una grave incoherencia simbólica y, para algunas sensibilidades religiosas, era ofensivo para los auténticos significados de la cruz cristiana».
El manifiesto cuenta con el respaldo de 21 colectivos, incluyendo al PSPV, Compromís, Podemos, Esquerra Unida, CCOO, UGT, Intersindical de Castelló, CGT, Amigos del Ribalta, Col·lectius per la Llengua i la Cultura de Castelló, Castelló Laica, Iaioflautes, Comunitats Cristianes de València, Grup Cristià del dissabte, Xarxa Cristiana, Acció Cultural, Adona’t, Associació Josep Climent, Amnistía Internacional, Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló y Associació de Víctimes de la Repressió del Franquisme.
